Cuando se recuerda el aniversario de una población, siempre está presente el origen de la nominación de ese conglomerado. En vísperas del centenario de la localidad de Tedín Uriburu, en el año 2012, me propuse indagar las motivaciones que llevaron a nominarlo de esa manera y logré despejar la incógnita. Llegué a enfrentarme con datos desconocidos de esta figura, a partir de un encuentro con sus descendientes.
La
estación lleva su nombre en recordación a Alberto Tedín Uriburu, que nunca tuvo
terrenos en ese lugar, ni lo conoció. Era habitual que como retribución a quien
donaba sus tierras, se le imprimiera su nombre, pero este no es el caso.
Alberto Tedín Uriburu, era hijo del matrimonio salteño que conformaban Virgilio Mariano
Tedín Tejada y Flor de María Uriburu Arenales. Su padre era descendiente del
General Martín Miguel de Güemes, y la madre era hermana de José Evaristo
Uriburu, quien fuera Presidente de la Nación entre 1895 y 1898.
Tenía tres hermanos: María,
Virgilio y Lía. Estaba casado con Angélica Bunge Guerrico con quien tuvo cuatro
hijos varones: Hugo Virgilio nacido en 1906, Alberto Virgilio (1907), Horacio
Virgilio (1908) y Virgilio Alberto Tedín Bunge, a quien no conoció ya que tres
meses antes su padre había fallecido.
Alberto había nacido en Buenos
Aires en 1876, tuvo una prolongada y
destacadísima actividad como abogado, habiéndose recibido con un promedio de
diez en derecho civil. Este hecho inédito generó que la Facultad de Derecho de
la Universidad de Buenos Aires, instituyera el premio “Alberto Tedín Uriburu”
al mejor promedio de la carrera de abogado, a partir de 1918 hasta la
actualidad.
Desarrolló actividades como secretario del
Canciller Manuel Montes de Oca, en virtud de sus conocimientos en materia de relaciones
exteriores. En 1906 fue Ministro de Obras públicas del Presidente José Figueroa
Alcorta.
Asumió como Intendente de la Ciudad de Buenos
Aires, cargo que ejerció solo un día, ya que falleció al día siguiente por una
infección nasal, a los 35 años el 30 junio de 1911. Alberto
Tedín Uriburu, entre sus múltiples actividades, fue un importante abogado del
Ferrocarril Sud, razón por la cual, al año siguiente de su fallecimiento la
empresa le rinde homenaje, poniendo el nombre a la flamante Estación.
El libro “Significado de la nomenclatura de
las estaciones ferroviarias argentinas” que el historiador Enrique Udaondo
publicara en 1942, señala con claridad la motivación del nombre, aunque la
información es muy breve.

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