Con el título de “Una Larga Historia de Tinta y Sueños”, el diario El Fénix publicó durante septiembre y octubre de 1987 una investigación de Juan M. Asurabarrena a la cual nos permitimos agregarle algunos datos que complementan este interesante trabajo.
Aunque los
primeros atisbos de graficar la vida en nuestro distrito, datan de 1882, y día
a día aún hoy se continúa escribiendo, ahora también hablando, y hasta viendo
sus primeras experiencias televisivas. El sentido del hombre por dejar huellas
de su paso en el tiempo, historiar lo cotidiano y trascender a lo venidero, nos
llega por lo pronto, a los latinoamericanos desde Ulrico Schmidel y sus
“Crónicas de Indias”, que no lo eran tanto ya que todo un continente, con su
contenido humano, cultural e histórico se le atravesó, sin ellos saberlo, a los
primeros periodistas de habla hispana.
Urbano García fundador de "El Fénix" |
Pero el sentido, en el fondo, sigue siendo el mismo. Los hombres – y las mujeres claro- historiaron su tiempo en las cosas pequeñas a través de esfuerzos notables, y solamente valorados por aquellos que alguna vez pasaron por una redacción o un taller gráfico. Es apuntando a la justa reivindicación de aquellos primeros nombres, hasta nuestros días, que nos proponemos la ambiciosa y seguramente incompleta tarea de rastrear los orígenes y sucedáneos del periodismo local. Esto a través de un informe que nos traerán nostalgias, recuerdos, algo de humor y varios grados de polémicas, como siempre ocurre cuando se trata de generalizar verdades.
Política y periodismo
Por la experiencia
que hemos podido recoger en los años que llevamos en esta tarea, que para ser
justos, es poca a la luz de los más que centenarios tiempos a que nos
referimos, debemos decir que quienes conforman las redacciones y direcciones de
los medios de comunicación, tanto de Juárez como en cualquier comunidad pequeña
de la región, provienen más de vocaciones literarias e ideales políticos que de
facultades de periodismo.
Siempre el
comienzo de un medio de comunicación estuvo abrazado a una causa, un ideario y
se complementó con los temas de interés comunitario, para hacer “la hoja”
atractiva a la posible “masa suscriptora”, que en rigor de verdad, pocas veces
pudo pasar los mil ejemplares.
Por eso es que no
nos sorprende encontrar tanto nombre de colaboradores, entre docentes o
aficionados a la literatura, con posibilidades más cercanas (más riesgosas) de
publicación en el diario de su pueblo que en alguna aventura editorial… para
regalar a los amigos.
Tampoco nos sorprende que aquellos pioneros de la tinta local, vieran la luz para apuntalar los proyectos políticos, muchas veces frustrados, pero válidos para mostrarnos un pasado rico en polémicas comiteriles, ecos de “vivaeldoctor” y asados con final de concierto de cuchillos.
El Reformista
Para hilar el
relato, en esos términos, debemos excluir de estas características, al primero
de estos “diarios”, no porque escape a esas normas que comentamos, sino porque
es muy poco lo que se sabe de “EL REFORMISTA”. Debemos tener en cuenta que el
trazado del ejido de la ciudad fue decretado el 26 de marzo de 1883 y
encomendado al agrimensor Muñiz seguramente le llevó algún tiempo efectuarlo. Y
“El Reformista” salió a la calle (por ende una calle inexistente…) el 14 de
octubre de 1882. Su propietario y Director fue Don Joaquin Dauffi, quien había
comenzado con una imprenta. El regente que lo acompañaba era don Pedro Cornell.
De Dauffi, no se
conocen mayores datos. No obstante se sabe que era un periódico fuertemente
opositor al gobierno, por lo que más de una vez su responsable terminaba en
“El Reformista”
puso un mojón en el periodismo que fue cultivado en abundancia, aún cuando no
con prosperidad. La fecha de iniciación de su historia que es la nuestra. Y un
nombre, uno más de los que pasaron con pena y sin gloria, poniendo las primeras
huellas de tinta a esta historia de sueños.
Otro periódico contemporáneo al mencionado, fue “El Serpentón”, que apareció en 1894 y estaba instalado en la actual calle Brown, casi Zibecchi (ex Sociedad Rural de Juárez) y su línea era de carácter oficialista. Existe escasa información sobre el periódico “El Testigo” que circuló en un breve período del año 1897.
La Liga del Sur: andamio de un proyecto
El nacimiento de
los primeros diarios están unidos a las ideologías políticas de entonces y un
claro ejemplo de ello es
El nombre del
diario coincidía con el de la agrupación política que, tiene su acta
fundacional en una cena efectuada en Benito Juárez el 29 de noviembre de 1887.
Una copia del acta quedó en manos de Don Mariano Pereyra, dirigente local que
ejerció el Ejecutivo municipal y la otra en manos del caudillo tresarroyense
Teófilo Gomila.
Quienes, en forma
autodidacta, incursionamos en la historia lugareña teníamos una noción de
En
Nace El Fénix. Un ave resurgente
Urbano García en la imprenta. |
A medida que
avanzamos en esta crónica, intentando rescatar de olvidos y penas, a los
pioneros locales del periodismo, vamos pisando terreno más firme... y conocido,
como que le toca el turno al primer FENIX de Don Urbano García, que de alguna
manera marca el final de
Don Urbano: Un largo sueño
El apellido de la
familia García, va ligado a El Fénix de nuestros días. Seguramente no imaginaba
este futuro Don Urbano, aún sin el “Don” y sus 21 años de edad que tenía cuando
fundó el periódico.
Había llegado de Tandil a trabajar como oficial en una imprenta ya instalada, pero sus deseos de independizarse y perfeccionarse en las artes gráficas, hicieron que poco después creara un pequeño taller de su propiedad al que denominó El Fénix. Fue en 1888 que fundó el periódico El Fénix, cuya primera época transcurrió hasta 1897. Cabe recordar que desde el 1 de enero de 1897 hasta el 31 de diciembre de 1898 Urbano García fue Intendente.
Lo cierto es que
el Juárez de 1888 debía ser una pequeña muestra de las nacientes comunidades
agrarias, en la sombra de la pampa y así se agiganta su figura, dando larga
sombra sobre este suelo indómito.
En el año 1900 reinició su aparición, dando comienzo así a la segunda época, siempre bajo la dirección de Urbano García. Llegó a cumplir cincuenta años de periodismo local, con cada noche, cada día, con rotura de máquinas, con falta de papel, seguro que de aliento en algunas jornadas, vivió hasta el 28 de abril de 1937, cuando recién descansó… definitivamente. Su historia es la historia de su diario, como pasa en los pueblos chicos, por eso se vuelve biográfica esta crónica, pero la trascendencia de su personalidad nos lleva a ampliar su actuación en párrafo aparte.
El Independiente…. pero no tanto
Tan ardiente como la defensa de un ideal, aquel febrero de 1902, el día 4 salió el primer número de este exponente de la política conservadora, bajo la dirección de Don Gabino Gallo (foto), con la continuidad y el apoyo de su hermano Juan P. Gallo que continuó su obra, al fallecer el fundador, hasta 1939. Al poco tiempo del último malón y con el apoyo técnico de una impresora “Marioni”, los hermanos Gallo se abocaron con pasión a la tarea periodística.
Don Gabino era el
intelecto creador, pero falleció temprano en 1919, su hermano un talento menor
pero sincero y también, con una virtud imprescindible en estas lides,
consecuente, puso su empeño para suplir un discurso más brillante.
Y tan consecuente
fue que trabajó hasta el 18 de noviembre de 1939, cuando la muerte lo alcanzó
al pie de la “Marioni” imprimiendo El Independiente.
En este exponente
del periodismo local, tuvo una importante tarea Don Cesáreo Vittor quien supo
escribir en este medio que también dirigió, cuando militaba en las filas
“pumaristas”.
Aquí, nos obligamos a la referencia política como costado insoslayable de los diarios locales; entran a jugar en las crónicas nombres e historias más recientes, como recientes son sus luchas, y los testigos oculares de aquellas, nos juzgaran en los errores que podamos cometer.
El Nacional y su gente
Mientras El
Independiente escribía su historia y su versión de la historia lugareña,
aparecía en 1904, también embanderado en el “pumarismo”, EL NACIONAL propiedad de los señores Ducasse
y Guarda, a quienes en 1912 sucedió don
Juan Bruno, un italiano de Turín que llegó a Juárez con 27 años de edad,
con todas sus ganas y su fuerte personalidad, comenzando a trabajar en El Fénix
de Urbano García, para luego hacer nuevas experiencias en Corrientes y también
en el prestigioso diario bahiense
Juan Bruno |
En 1905 lo
encontramos como empleado de El Nacional recién iniciado. Luego pasa a adquirir
el medio periodístico con Nicandro Brazzola, para luego quedar como único
propietario.
Bruno, al hacerse
cargo de El Nacional, lucha al frente de la empresa hasta el año 1927, fecha en
que se retira, constituyéndose la firma integrada por los señores Ricardo Bruno
(su hijo) y Victorino Cuesta .
Don Victorino
venía de España radicándose en Juárez apenas pisó el suelo argentino. Se dedicó
a la gráfica, militó en El Nacional, hasta que pasó a dirigirlo desde
Juan Bruno con su hijo Ricardo y personal de El Nacional |
Cuesta, además siempre estuvo presente en lo que significara hacer algo por los intereses comunitarios, lo que habla elocuentemente de su cariño por Juárez.
El Ideal y Claridad: La fe, la palabra y la polémica
El encendido verbo
cargado de fe religiosa y polémicas políticas de aquel inolvidable personaje, -
todo un arquetipo – que fuera el Padre Trelles, con su periódico “El Ideal”, y
“Claridad” sinónimo de la obra periodística de Ángel Sebastián, abanderado en
las ideas socialistas.
“El Ideal” era un
arisco potro de dos cabezas, acariciando a quienes profesaban la fe católica
con fervor y mordiendo con tesón y rudeza a los opositores (que eran bastantes)
a las posiciones políticas del Padre Santiago Trelles. Si de algún periodista
se conserva intacto el recuerdo a través de episodios tragicómicos, que pintan
un colorido paisaje costumbrista de aquellas vibrantes épocas, es este
sacerdote, al que resulta aún hoy difícil agregarle adjetivos que conformen a
propios y extraños, dado el contradictorio y polémico espíritu que lo
caracterizó. Los penitentes temían, a veces más, la salida del periódico que
las recriminaciones que, con nombre y apellido, realizaba Trelles desde el
púlpito. Más de un intendente debió subir y pactar con este ya histórico
personaje local.
El Ideal fue la
continuación del semanario parroquial “El Hogar”. En su primer número fijaba su
objetivo: “Queremos que El Ideal sea la unión de la sociedad juarense, el
exponente de su cultura y progreso y el reflejo de su movimiento religioso,
social y político en todas sus manifestaciones”.
Agregaba que para
el periódico “lo mismo han de ser los radicales que los conservadores, los demócratas
que los concentracionistas, mientras los unos y los otros cumplan con
Qué “claridad” Don Sebastián!!
Don Ángel
Sebastián nació, allá por 1897 y trabajó intensamente en la tarea de informar,
desde sus posiciones políticas. Más de veinte años en ese accionar le
permitieron ganarse, el respeto, no solo de los seguidores de los principios
por él sustentado, sino de quienes, siendo sus rivales, reconocieron su alto
valor de hombre pensante enamorado de su causa. Como no podía ser de otro modo
participó activamente del quehacer comunitario, presidiendo
A pesar de
alejarse de Juárez en 1941, siguió enviando interesantes artículos que
publicaron los diarios Tribuna y Patria Nuestra.
Decía don Ángel que “… la labor periodística en pueblos como el nuestro, significa dejar en el camino toda clase de posibilidades materiales, porque el periodismo lugareño, si algo proporciona a quienes lo ejercen es fatiga, preocupación y más amarguras que satisfacciones, cuando la línea es recta y la finalidad de su bregar la justicia…” ¡Qué claridad Don Sebastián!.
El Sud, mojón “pumarista”
Fermín Carvajal |
Recurrimos al
archivo de Patria Nuestra para conocer sobre esta publicación que solo duró dos
años. “No sabemos el motivo central de la aparición del periódico “El Sud”
–dice- dado que el pumarismo ya tenía su diario, El Nacional, que estaba en la
línea combativa, con la dirección de Victorino Cuesta. Y nos consta que además
de su director Don Fermín Carvajal, escribían en El Sud, el Dr. Pumará y Don
Crisanto Echazarreta”.
“Alguna vez
pasamos a máquina los originales de don Pedro Pumará, el que rara vez escribía
en serio. Don Crisanto, en cambio, pensaba muchas veces lo que dejaba impreso.
Era de alto vuelo literario; sabía escribir. Don Fermín Carvajal, en cambio,
aún para escribir fue ejecutivo. Muchas veces protestaba por la manera lenta y
responsable de escribir que tenía Echazarreta, el vasco que abandonó su carrera
universitaria en Francia, embarcándose hacia Buenos Aires, detrás de una
belleza argentina, terminando de mayordomo en la estancia “El socorro”, de
Coronel Rodolfo Bunge, donde conoció y se hizo amigo de Carvajal. El destino
los volvió a encontrar, otra vez, en labores de corresponsalía jurídica y
escribiendo para El Sud.”
Según este
documento el diario apareció en 1928 y duró casi dos años, donde por problemas
económicos, seguramente, dejó de aparecer. Se recuerda que su director recorría
varias veces la distancia entre el diario y
La “Tribuna” de Glorioso
A instancias de
Antonio Glorioso (foto) nació Tribuna el 17 de diciembre de 1927. Tuvo en su
fundador a un ardoroso temperamento para considerar las distintas situaciones
que vivió nuestra comunidad, evaluarlas y apoyar indeclinablemente aquellas que
a su buen saber y entender, apuntaban al interés general, aunque a veces se
contradijera con los postulados o los intereses de su amada Unión Cívica
Radical.
Tribuna en sus
inicios, se definía como “semanario político noticioso”, se editaba los
domingos y su redacción y administración estaban en Otamendi 315. En 1930 era
diario de la tarde.
Según los archivos
el diario Tribuna comienza imprimiéndose en El Heraldo de Gonzáles Chaves,
hacia donde viajaban Glorioso y su segundo Rogelio Zelayeta con el papel en
blanco para volver con el diario impreso. Lo hacían en un vehículo que la
mayoría de las veces los dejaba en el camino. Varios meses tuvieron que
desarrollar esta tarea hasta que Tribuna tuvo su imprenta y se suspendieron los
obligados viajes.
La columna de
Glorioso, bajo la firma de “Prospero”, propuso el comentario de actualidad y
sus páginas estuvieron abiertas a las inquietudes de una comunidad que amó de
manera inclaudicable. Nos dejó un 21 de febrero de 1959 y no recibió en vida
los homenajes a que se hizo acreedor por su tarea. En el sepelio, el entonces
colega Eduardo Carvajal dijo sobre Glorioso:” Tenía alma de bohemio, sin dejar
de gustarle vivir bien, para lo que le sobraban merecimientos ya que su vida la
quemó, sin ambiciones materiales, gritando verdades a favor, no de un partido,
sino del pueblo”.
Otra etapa
importante se vive en Tribuna con la dirección de Antonio Ricardo Mosse, que
dio continuidad a la obra de Glorioso. Siempre en la esquina de Brown y
Zibecchi, siguió con la sociedad Ricci, Zabalza, Aguilar para quedar finalmente
a cargo de Raúl Bonini, terminando su circulación con el fallecimiento del
mencionado periodista oriundo de Tandil.
Fue Tribuna durante muchos años “el diario”, con un tiraje histórico cercano a los 700 ejemplares que en algunas épocas se acercó a las cuatro cifras. Tiempos lindos de confrontación de ideas y noches largas.
Patria Nuestra
El Diario Patria
Nuestra bajo la conducción de Don Eduardo Carvajal (foto) nace el 15 de octubre
de 1942 al calor de una ideología, de ella se nutre y a ella la sustenta. Por
varias décadas junto a Tribuna fueron los exponentes del periodismo escrito en
la ciudad. La columna “Buenos días”, que Carvajal firmaba con el seudónimo de
Stanis, era un enfoque criterioso sobre los problemas de la sociedad. Los
talleres del diario recorrieron distintos espacios físicos. Recordamos los
ubicados en avenida Libertad contiguo al actual Fénix Club, el salón en la
calle Rivadavia, casi 9 de Julio y el último en
la ex imprenta y librería El Nacional en la avenida Libertad.
Se recuerda a Agustín Silva como uno de los colaboradores más importantes en la década del 50, levantando letras, redactando noticias, haciendo versos y formando conceptos sobre los problemas del pueblo. Tarea similar a la realizada por Susana Arcelúz en los últimos años de Patria Nuestra
Revistas… flores de un día …
Si hablamos de
publicaciones de vida efímera, estamos hablando de revistas. En Juárez las hubo
con mayor o menor éxito, pero con una saludable iniciativa que merece nuestro
recuerdo.
Muchas, ya
perdidas en el tiempo, hacen difícil el acceso a algún ejemplar, no obstante
anotamos entre ellas a “El Hogar” del Padre Suárez en 1916, que continuó
Trelles y fue el origen de “El Ideal”; “
Otras
publicaciones fueron “La prensita”, “El Combate”, “El Semanario”, “
“Almafuerte” fue
otra revista que vio la luz en Juárez, pregonando el lirismo inmortal del
poeta, - dice Salvador Romeo- pero la vida de la publicación fue breve. Había
un ambiente “almafuertino” en el pueblo, al punto que fue fundado un Círculo
con el nombre del poeta, y que no pudo sobrevivir por falta de recursos.
“Inquietudes” fue
una revista trimestral que dirigió la sub-comisión de Biblioteca del Club
Alumni, su primera edición apareció en 1947, con un tiraje de 3000 ejemplares.
Entre otros colaboraban Álvaro Roldán (hijo del Fundador) sobre historia;
Marina L de Rodríguez, destacada docente del distrito; Luís Semper, Juan José
Bernal Torres, Celestina Kerber, Celina Brazzola, Juan Carlos Esperón, Justo
Izaguirre, entre otros.
Destacamos dos revistas, más allá de su permanencia en el tiempo, porque es una forma de rescatar méritos de seres humanos válidos: “Crónica” la revista de Juan J. Bernal Torres, y uno de los intentos más felices, “Mi Ciudad” de Angélica “Porota” Arana que se realizaba en la imprenta de Dilio Peredo, quien era el director de la publicación (con tapa a dos colores) que abarcaba temas sociales, deportes y actividades, aparece en 1958 y tenía sus talleres en la avenida Uriburu 38.
“Crónica”, era una
publicación semanal, de neto corte cultural, dirigida por el padre de los
maestros locales, Juan José Bernal Torres, acompañado por Mauricio Steimberg,
aparecida el 7 de septiembre de 1919, con oficinas en Alsina (hoy Libertad) y
Suipacha. Treinta y cuatro páginas, componían cada entrega, con temas tratados
a alto vuelo literario y profesional, varios análisis con las firmas del propio
Bernal, Pedro Luc, poesías de Miguel Santiago, fotos de reuniones sociales,
cuentos de Hortensia Dominé, el humor de
“Juan S. Seudónimo” y temas a cargo del Dr. Dardo Díaz Ugarte.
“Crónica – dice
Mauricio Steimberg – fue un movimiento de almas jóvenes; un hijo de las
mocedades, encendidas de ilusión. Y como tal hijo quisimos prender en sus
columnas el fulgor de las esperanzas, para que allí estuviesen nuestros
corazones sembrando las virtudes del devaneo literario”. La publicación duró
tres años ya que cuando llegó a su edición nº 118 dejó de aparecer porque vino
la crisis ganadera y el pueblo quedó malherido en su economía.
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