19 may 2021

El periodismo en Juárez. Su historia

 

Con el título de “Una Larga Historia de Tinta y Sueños”, el diario El Fénix publicó durante septiembre y octubre de 1987 una investigación de Juan M. Asurabarrena a la cual nos permitimos agregarle algunos datos que complementan este interesante trabajo.

Aunque los primeros atisbos de graficar la vida en nuestro distrito, datan de 1882, y día a día aún hoy se continúa escribiendo, ahora también hablando, y hasta viendo sus primeras experiencias televisivas. El sentido del hombre por dejar huellas de su paso en el tiempo, historiar lo cotidiano y trascender a lo venidero, nos llega por lo pronto, a los latinoamericanos desde Ulrico Schmidel y sus “Crónicas de Indias”, que no lo eran tanto ya que todo un continente, con su contenido humano, cultural e histórico se le atravesó, sin ellos saberlo, a los primeros periodistas de habla hispana.

Urbano García fundador de "El Fénix"

Pero el sentido, en el fondo, sigue siendo el mismo. Los hombres – y las mujeres claro- historiaron su tiempo en las cosas pequeñas a través de esfuerzos notables, y solamente valorados por aquellos que alguna vez pasaron por una redacción o un taller gráfico. Es apuntando a la justa reivindicación de aquellos primeros nombres, hasta nuestros días, que nos proponemos la ambiciosa y seguramente incompleta tarea de rastrear los orígenes y sucedáneos del periodismo local. Esto a través de un informe que nos traerán nostalgias, recuerdos, algo de humor y varios grados de polémicas, como siempre ocurre cuando se trata de generalizar verdades.

Política y periodismo

Por la experiencia que hemos podido recoger en los años que llevamos en esta tarea, que para ser justos, es poca a la luz de los más que centenarios tiempos a que nos referimos, debemos decir que quienes conforman las redacciones y direcciones de los medios de comunicación, tanto de Juárez como en cualquier comunidad pequeña de la región, provienen más de vocaciones literarias e ideales políticos que de facultades de periodismo.

Siempre el comienzo de un medio de comunicación estuvo abrazado a una causa, un ideario y se complementó con los temas de interés comunitario, para hacer “la hoja” atractiva a la posible “masa suscriptora”, que en rigor de verdad, pocas veces pudo pasar los mil ejemplares.

Por eso es que no nos sorprende encontrar tanto nombre de colaboradores, entre docentes o aficionados a la literatura, con posibilidades más cercanas (más riesgosas) de publicación en el diario de su pueblo que en alguna aventura editorial… para regalar a los amigos.

Tampoco nos sorprende que aquellos pioneros de la tinta local, vieran la luz para apuntalar los proyectos políticos, muchas veces frustrados, pero válidos para mostrarnos un pasado rico en polémicas comiteriles, ecos de “vivaeldoctor” y asados con final de concierto de cuchillos.

El Reformista

Para hilar el relato, en esos términos, debemos excluir de estas características, al primero de estos “diarios”, no porque escape a esas normas que comentamos, sino porque es muy poco lo que se sabe de “EL REFORMISTA”. Debemos tener en cuenta que el trazado del ejido de la ciudad fue decretado el 26 de marzo de 1883 y encomendado al agrimensor Muñiz seguramente le llevó algún tiempo efectuarlo. Y “El Reformista” salió a la calle (por ende una calle inexistente…) el 14 de octubre de 1882. Su propietario y Director fue Don Joaquin Dauffi, quien había comenzado con una imprenta. El regente que lo acompañaba era don Pedro Cornell.

De Dauffi, no se conocen mayores datos. No obstante se sabe que era un periódico fuertemente opositor al gobierno, por lo que más de una vez su responsable terminaba en la Comisaría. Era algo natural que cada director tuviera un suplente. En este caso cuando Dauffi era conducido preso a Dolores, lo reemplazaba el teniente del Ejército don Domingo Bravo. Como las prisiones no resultaban porque el periódico continuaba con su música, se encargó a un tal Locatelli para que “lo suprimiera” a Dauffi. Mientras éste salía de donde se imprimía el diario, (el local que después fue propiedad de Urbano García) el agresor trató de ensartarlo con un monumental facón, fracasando en su labor debido a la intervención del público.

“El Reformista” puso un mojón en el periodismo que fue cultivado en abundancia, aún cuando no con prosperidad. La fecha de iniciación de su historia que es la nuestra. Y un nombre, uno más de los que pasaron con pena y sin gloria, poniendo las primeras huellas de tinta a esta historia de sueños.

Otro periódico contemporáneo al mencionado, fue “El Serpentón”, que apareció en 1894 y estaba instalado en la actual calle Brown, casi Zibecchi (ex Sociedad Rural de Juárez) y su línea era de carácter oficialista. Existe escasa información sobre el periódico “El Testigo” que circuló en un breve período del año 1897.

La Liga del Sur: andamio de un proyecto

El nacimiento de los primeros diarios están unidos a las ideologías políticas de entonces y un claro ejemplo de ello es LA LIGA DEL SUR, aparecido a fines 1887 bajo la dirección de Alberto Bravo, maestro rural de profesión, que militaba en la línea de Máximo Paz, quien ejercía la gobernación de la provincia del Partido Autonomista Nacional, en tiempos que era Presidente de la Nación Juárez Celman.

El nombre del diario coincidía con el de la agrupación política que, tiene su acta fundacional en una cena efectuada en Benito Juárez el 29 de noviembre de 1887. Una copia del acta quedó en manos de Don Mariano Pereyra, dirigente local que ejerció el Ejecutivo municipal y la otra en manos del caudillo tresarroyense Teófilo Gomila.

Quienes, en forma autodidacta, incursionamos en la historia lugareña teníamos una noción de La Liga del Sur como el primer gran diario regional, con ediciones en distintos partidos. A la luz de los datos concretos descubrimos que creado el partido político “Liga del Sur” en los distritos de Tres Arroyos, Benito Juárez, Tandil, Ayacucho, Necochea, Coronel Pringles, Maipú y Coronel Dorrego, pronto surgen para sustentarlo distintos periódicos, de nombres afines entre ellos “El Libre del Sur” en Tres Arroyos, la “Liga del Sur” en nuestra ciudad y otros de similares características en Tandil.

En la Liga del Sur cada Partido significaba cien fusiles, una imprenta y un periódico. El proyecto político era la candidatura del dirigente Julio Costa a la gobernación provincial.

Nace El Fénix. Un ave resurgente

Urbano García en la imprenta.

A medida que avanzamos en esta crónica, intentando rescatar de olvidos y penas, a los pioneros locales del periodismo, vamos pisando terreno más firme... y conocido, como que le toca el turno al primer FENIX de Don Urbano García, que de alguna manera marca el final de La Liga del Sur, ya que en su primer número aparecido  el 1 de agosto de 1889, en su primera plana y con letras de molde, informa que a partir de esa fecha La Liga del Sur pasa a llamarse El Fénix.

Don Urbano: Un largo sueño

El apellido de la familia García, va ligado a El Fénix de nuestros días. Seguramente no imaginaba este futuro Don Urbano, aún sin el “Don” y sus 21 años de edad que tenía cuando fundó el periódico.

Había llegado de Tandil a trabajar como oficial en una imprenta ya instalada, pero sus deseos de independizarse y perfeccionarse en las artes gráficas, hicieron que poco después creara un pequeño taller de su propiedad al que denominó El Fénix. Fue en 1888 que fundó el periódico El Fénix, cuya primera época transcurrió hasta 1897. Cabe recordar que desde el 1 de enero de 1897 hasta el 31 de diciembre de 1898 Urbano García fue Intendente.

Lo cierto es que el Juárez de 1888 debía ser una pequeña muestra de las nacientes comunidades agrarias, en la sombra de la pampa y así se agiganta su figura, dando larga sombra sobre este suelo indómito.

En el año 1900 reinició su aparición, dando comienzo así a la segunda época, siempre bajo la dirección de Urbano García. Llegó a cumplir cincuenta años de periodismo local, con cada noche, cada día, con rotura de máquinas, con falta de papel, seguro que de aliento en algunas jornadas, vivió hasta el 28 de abril de 1937, cuando recién descansó… definitivamente. Su historia es la historia de su diario, como pasa en los pueblos chicos, por eso se vuelve biográfica esta crónica, pero la trascendencia de su personalidad nos lleva a ampliar su actuación en párrafo aparte.

El Independiente…. pero no tanto

Tan ardiente como la defensa de un ideal, aquel febrero de 1902, el día 4 salió el primer número de este exponente de la política conservadora, bajo la dirección de Don Gabino Gallo (foto), con la continuidad y el apoyo de su hermano Juan P. Gallo que continuó su obra, al fallecer el fundador, hasta 1939. Al poco tiempo del último malón y con el apoyo técnico de una impresora “Marioni”, los hermanos Gallo se abocaron con pasión a la tarea periodística.

Don Gabino era el intelecto creador, pero falleció temprano en 1919, su hermano un talento menor pero sincero y también, con una virtud imprescindible en estas lides, consecuente, puso su empeño para suplir un discurso más brillante.

Y tan consecuente fue que trabajó hasta el 18 de noviembre de 1939, cuando la muerte lo alcanzó al pie de la “Marioni” imprimiendo El Independiente.

En este exponente del periodismo local, tuvo una importante tarea Don Cesáreo Vittor quien supo escribir en este medio que también dirigió, cuando militaba en las filas “pumaristas”.

Aquí, nos obligamos a la referencia política como costado insoslayable de los diarios locales; entran a jugar en las crónicas nombres e historias más recientes, como recientes son sus luchas, y los testigos oculares de aquellas, nos juzgaran en los errores que podamos cometer.

El Nacional y su gente

Mientras El Independiente escribía su historia y su versión de la historia lugareña, aparecía en 1904, también embanderado en el “pumarismo”,  EL NACIONAL propiedad de los señores Ducasse y Guarda, a quienes en  1912 sucedió don Juan Bruno, un italiano de Turín que llegó a Juárez con 27 años de edad, con todas sus ganas y su fuerte personalidad, comenzando a trabajar en El Fénix de Urbano García, para luego hacer nuevas experiencias en Corrientes y también en el prestigioso diario bahiense La Nueva Provincia.

Juan Bruno

En 1905 lo encontramos como empleado de El Nacional recién iniciado. Luego pasa a adquirir el medio periodístico con Nicandro Brazzola, para luego quedar como único propietario.

Bruno, al hacerse cargo de El Nacional, lucha al frente de la empresa hasta el año 1927, fecha en que se retira, constituyéndose la firma integrada por los señores Ricardo Bruno (su hijo) y Victorino Cuesta .

Don Victorino venía de España radicándose en Juárez apenas pisó el suelo argentino. Se dedicó a la gráfica, militó en El Nacional, hasta que pasó a dirigirlo desde 1926 a 1947. Casi dos décadas de lucha brava, sin tregua, contando en la vereda de enfrente  con adversarios tenaces – el Diario Tribuna de Glorioso y Claridad de Ángel Sebastián- lo que no es para cualquier pulso, para luego tener que vérselas también con El Ideal del belicoso cura párroco Santiago Trelles.


Juan Bruno con su hijo Ricardo y personal de El Nacional

Cuesta, además siempre estuvo presente en lo que significara hacer algo por los intereses comunitarios, lo que habla elocuentemente de su cariño por Juárez.

El Ideal y Claridad: La fe, la palabra y la polémica

El encendido verbo cargado de fe religiosa y polémicas políticas de aquel inolvidable personaje, - todo un arquetipo – que fuera el Padre Trelles, con su periódico “El Ideal”, y “Claridad” sinónimo de la obra periodística de Ángel Sebastián, abanderado en las ideas socialistas.

“El Ideal” era un arisco potro de dos cabezas, acariciando a quienes profesaban la fe católica con fervor y mordiendo con tesón y rudeza a los opositores (que eran bastantes) a las posiciones políticas del Padre Santiago Trelles. Si de algún periodista se conserva intacto el recuerdo a través de episodios tragicómicos, que pintan un colorido paisaje costumbrista de aquellas vibrantes épocas, es este sacerdote, al que resulta aún hoy difícil agregarle adjetivos que conformen a propios y extraños, dado el contradictorio y polémico espíritu que lo caracterizó. Los penitentes temían, a veces más, la salida del periódico que las recriminaciones que, con nombre y apellido, realizaba Trelles desde el púlpito. Más de un intendente debió subir y pactar con este ya histórico personaje local.

El Ideal fue la continuación del semanario parroquial “El Hogar”. En su primer número fijaba su objetivo: “Queremos que El Ideal sea la unión de la sociedad juarense, el exponente de su cultura y progreso y el reflejo de su movimiento religioso, social y político en todas sus manifestaciones”.

Agregaba que para el periódico “lo mismo han de ser los radicales que los conservadores, los demócratas que los concentracionistas, mientras los unos y los otros cumplan con la Constitución y sobre todo en su artículo 5º cuando dice que la religión del estado argentino será la Católica, Apostólica Romana. Respecto a la política seguida por los socialistas no podemos permanecer indiferentes. Este partido es eminentemente político y esencialmente antirreligioso, lo que nos pone en el imprescindible deber de combatirlos sin tregua ni descanso, frente a frente”. Ya desde el inicio el periódico se mostraba muy poco democrático en sus enunciados, aunque sincero en su objetivo.

Qué “claridad” Don Sebastián!!

Don Ángel Sebastián nació, allá por 1897 y trabajó intensamente en la tarea de informar, desde sus posiciones políticas. Más de veinte años en ese accionar le permitieron ganarse, el respeto, no solo de los seguidores de los principios por él sustentado, sino de quienes, siendo sus rivales, reconocieron su alto valor de hombre pensante enamorado de su causa. Como no podía ser de otro modo participó activamente del quehacer comunitario, presidiendo la Liga Juarense de Fútbol, aseguran los testigos, con total equidad, y defendiendo a los desposeídos desde su banca de concejal, por el partido Socialista, con altura y tesón admirables.

A pesar de alejarse de Juárez en 1941, siguió enviando interesantes artículos que publicaron los diarios Tribuna y Patria Nuestra.

Decía don Ángel que “… la labor periodística en pueblos como el nuestro, significa dejar en el camino toda clase de posibilidades materiales, porque el periodismo lugareño, si algo proporciona a quienes lo ejercen es fatiga, preocupación y más amarguras que satisfacciones, cuando la línea es recta y la finalidad de su bregar  la justicia…” ¡Qué claridad Don Sebastián!.

El Sud, mojón “pumarista”

Fermín Carvajal

Recurrimos al archivo de Patria Nuestra para conocer sobre esta publicación que solo duró dos años. “No sabemos el motivo central de la aparición del periódico “El Sud” –dice- dado que el pumarismo ya tenía su diario, El Nacional, que estaba en la línea combativa, con la dirección de Victorino Cuesta. Y nos consta que además de su director Don Fermín Carvajal, escribían en El Sud, el Dr. Pumará y Don Crisanto Echazarreta”.

“Alguna vez pasamos a máquina los originales de don Pedro Pumará, el que rara vez escribía en serio. Don Crisanto, en cambio, pensaba muchas veces lo que dejaba impreso. Era de alto vuelo literario; sabía escribir. Don Fermín Carvajal, en cambio, aún para escribir fue ejecutivo. Muchas veces protestaba por la manera lenta y responsable de escribir que tenía Echazarreta, el vasco que abandonó su carrera universitaria en Francia, embarcándose hacia Buenos Aires, detrás de una belleza argentina, terminando de mayordomo en la estancia “El socorro”, de Coronel Rodolfo Bunge, donde conoció y se hizo amigo de Carvajal. El destino los volvió a encontrar, otra vez, en labores de corresponsalía jurídica y escribiendo para El Sud.”

Según este documento el diario apareció en 1928 y duró casi dos años, donde por problemas económicos, seguramente, dejó de aparecer. Se recuerda que su director recorría varias veces la distancia entre el diario y la Comisaría, donde se le insinuaban amenazas por desacato al gobierno. Allí como canillita y cobrador de la suscripción se inició don Eduardo Carvajal, quien en 1942 fundara Patria Nuestra.

La “Tribuna” de Glorioso

A instancias de Antonio Glorioso (foto) nació Tribuna el 17 de diciembre de 1927. Tuvo en su fundador a un ardoroso temperamento para considerar las distintas situaciones que vivió nuestra comunidad, evaluarlas y apoyar indeclinablemente aquellas que a su buen saber y entender, apuntaban al interés general, aunque a veces se contradijera con los postulados o los intereses de su amada Unión Cívica Radical.

Tribuna en sus inicios, se definía como “semanario político noticioso”, se editaba los domingos y su redacción y administración estaban en Otamendi 315. En 1930 era diario de la tarde.

Según los archivos el diario Tribuna comienza imprimiéndose en El Heraldo de Gonzáles Chaves, hacia donde viajaban Glorioso y su segundo Rogelio Zelayeta con el papel en blanco para volver con el diario impreso. Lo hacían en un vehículo que la mayoría de las veces los dejaba en el camino. Varios meses tuvieron que desarrollar esta tarea hasta que Tribuna tuvo su imprenta y se suspendieron los obligados viajes.

La columna de Glorioso, bajo la firma de “Prospero”, propuso el comentario de actualidad y sus páginas estuvieron abiertas a las inquietudes de una comunidad que amó de manera inclaudicable. Nos dejó un 21 de febrero de 1959 y no recibió en vida los homenajes a que se hizo acreedor por su tarea. En el sepelio, el entonces colega Eduardo Carvajal dijo sobre Glorioso:” Tenía alma de bohemio, sin dejar de gustarle vivir bien, para lo que le sobraban merecimientos ya que su vida la quemó, sin ambiciones materiales, gritando verdades a favor, no de un partido, sino del pueblo”.

Otra etapa importante se vive en Tribuna con la dirección de Antonio Ricardo Mosse, que dio continuidad a la obra de Glorioso. Siempre en la esquina de Brown y Zibecchi, siguió con la sociedad Ricci, Zabalza, Aguilar para quedar finalmente a cargo de Raúl Bonini, terminando su circulación con el fallecimiento del mencionado periodista oriundo de Tandil.

Fue Tribuna durante muchos años “el diario”, con un tiraje histórico cercano a los 700 ejemplares que en algunas épocas se acercó a las cuatro cifras. Tiempos lindos de confrontación de ideas y noches largas.

Patria Nuestra

El Diario Patria Nuestra bajo la conducción de Don Eduardo Carvajal (foto) nace el 15 de octubre de 1942 al calor de una ideología, de ella se nutre y a ella la sustenta. Por varias décadas junto a Tribuna fueron los exponentes del periodismo escrito en la ciudad. La columna “Buenos días”, que Carvajal firmaba con el seudónimo de Stanis, era un enfoque criterioso sobre los problemas de la sociedad. Los talleres del diario recorrieron distintos espacios físicos. Recordamos los ubicados en avenida Libertad contiguo al actual Fénix Club, el salón en la calle Rivadavia, casi 9 de Julio y el último en  la ex imprenta y librería El Nacional en la avenida Libertad.

Se recuerda a Agustín Silva como uno de los colaboradores más importantes en la década del 50, levantando letras, redactando noticias, haciendo versos y formando conceptos sobre los problemas del pueblo. Tarea similar a la realizada por Susana Arcelúz en los últimos años de Patria Nuestra

Revistas… flores de un día …

Si hablamos de publicaciones de vida efímera, estamos hablando de revistas. En Juárez las hubo con mayor o menor éxito, pero con una saludable iniciativa que merece nuestro recuerdo.

Muchas, ya perdidas en el tiempo, hacen difícil el acceso a algún ejemplar, no obstante anotamos entre ellas a “El Hogar” del Padre Suárez en 1916, que continuó Trelles y fue el origen de “El Ideal”; “La Revista” de publicación quincenal, “Cumbres” y  La Verdad” cuyo director era Blas Herlan, quien fuera asesinado tras una discusión en la plaza Independencia por Roberto Lenzi, (según la crónica de El Hogar de el 8 de septiembre de 1918, el hecho fue a las 2,30 de la mañana., “donde mutuamente se dispararon varios tiros de revolver. Herlan, herido por un proyectil que le traspasó el cuerpo, falleció al llevarlo a la farmacia de Telayna. El joven Lenzi resultó ileso, aunque una bala le rozó el vientre. El revolver de Herlán tenía las seis cápsulas vacías y solo tres el de Lenzi”).

Otras publicaciones fueron “La prensita”, “El Combate”, “El Semanario”, “La Nota”,  “Inquietudes” editada en 1944 por la subcomisión de Biblioteca del Club Alumni, “Nosotros” revista quincenal aparecida en 1941, con licencia eclesiástica, cuyo director y propietario era el párroco Dr. Santiago Trelles, “Orientación Cristiana” que inició su publicación en 1955, boletín que editaba la Parroquia Nuestra Señora del Carmen.

“Almafuerte” fue otra revista que vio la luz en Juárez, pregonando el lirismo inmortal del poeta, - dice Salvador Romeo- pero la vida de la publicación fue breve. Había un ambiente “almafuertino” en el pueblo, al punto que fue fundado un Círculo con el nombre del poeta, y que no pudo sobrevivir por falta de recursos.

“Inquietudes” fue una revista trimestral que dirigió la sub-comisión de Biblioteca del Club Alumni, su primera edición apareció en 1947, con un tiraje de 3000 ejemplares. Entre otros colaboraban Álvaro Roldán (hijo del Fundador) sobre historia; Marina L de Rodríguez, destacada docente del distrito; Luís Semper, Juan José Bernal Torres, Celestina Kerber, Celina Brazzola, Juan Carlos Esperón, Justo Izaguirre, entre otros.

Destacamos dos revistas, más allá de su permanencia en el tiempo, porque es una forma de rescatar méritos de seres humanos válidos: “Crónica” la revista de Juan J. Bernal Torres, y uno de los intentos más felices, “Mi Ciudad” de Angélica “Porota” Arana que se realizaba en la imprenta de Dilio Peredo, quien era el director de la publicación (con tapa a dos colores) que abarcaba temas sociales, deportes y actividades, aparece en 1958 y tenía sus talleres en la avenida Uriburu 38.

“Crónica”, era una publicación semanal, de neto corte cultural, dirigida por el padre de los maestros locales, Juan José Bernal Torres, acompañado por Mauricio Steimberg, aparecida el 7 de septiembre de 1919, con oficinas en Alsina (hoy Libertad) y Suipacha. Treinta y cuatro páginas, componían cada entrega, con temas tratados a alto vuelo literario y profesional, varios análisis con las firmas del propio Bernal, Pedro Luc, poesías de Miguel Santiago, fotos de reuniones sociales, cuentos de Hortensia Dominé, el humor  de “Juan S. Seudónimo” y temas a cargo del Dr. Dardo Díaz Ugarte.

“Crónica – dice Mauricio Steimberg – fue un movimiento de almas jóvenes; un hijo de las mocedades, encendidas de ilusión. Y como tal hijo quisimos prender en sus columnas el fulgor de las esperanzas, para que allí estuviesen nuestros corazones sembrando las virtudes del devaneo literario”. La publicación duró tres años ya que cuando llegó a su edición nº 118 dejó de aparecer porque vino la crisis ganadera y el pueblo quedó malherido en su economía.

 

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