25 jul 2021

San Antonio de Iraola

 En marzo de 1855 el cacique tehuelche Yanquetruz, elige como campo de sus correrías la extensa comarca de Tandil. Dueña de una rica ganadería y que cuenta con unos 3.000 habitantes. Durante ese año se abaten sobre los pobladores tandilenses varios malones. Dos de ellos, los principales, son dirigidos por Yanquetruz. La primera embestida se produce el 28 de marzo y dura hasta el 30, provocando gran consternación entre los pobladores del sudeste, los que se repliegan para salvar sus vidas y bienes. Cabe señalar que unos días antes había sido desguarnecido el Fuerte y no existía defensa. Los invasores saquean estancias y pulperías, mueren en la refriega, milicianos y voluntarios, y al retirarse se llevan muchos cautivos y cantidad de hacienda. El desaliento cunde y los vecinos, colonos y hacendados emigran a regiones más seguras.

En esos meses las indiadas señorean arrogantes por las llanuras bonaerenses, ufanas por sus repetidos triunfos sobre los cristianos.

Cantón San Antonio

Hacía poco tiempo que había surgido el “Cantón de San Antonio” ubicado en proximidades de la laguna de ese nombre (hoy intersección de ruta 3 y 86) el que en distintas ocasiones sirvió de asiento provisional de las fuerzas que llegaban de Azul, Tandil y Tapalqué. Cabe señalar que estos campos de San Antonio los había obtenido José Jerónimo Iraola en 1837 por la Ley de Enfiteusis, siendo de una extensión de doce leguas cuadradas.

El nombrado Iraola “pobló” los campos levantando una construcción, al lado de la laguna “San Antonio”, de donde surge la posterior denominación. Más adelante veremos que en 1860, en petitorio dirigido al Gobernador reclamando la posesión de esas tierras, Iraola manifiesta que su establecimiento fue arrasado en dos oportunidades por los indios, después de lo cual debió abandonar la estancia.

En realidad el nombre de “estancia” hace referencia a la extensión de la superficie y no a las instalaciones, ya que en ese sentido le queda un poco grande la denominación porque se trataba solo de un corral de palo a pique, perdido en la inmensidad de la planicie, al lado de uno que otro rancho, sin árboles ni resguardo de ninguna especie.

El establecimiento estaba al exterior de la línea de frontera del ejército de Buenos Aires, pero allí se encontraba un destacamento reducido al mando del Capitán González, y la jefatura de Frontera más inmediata era la del Sud, con asiento en Tapalqué, que ejercía el Coronel Emilio Mitre.

1 comentario:

  1. Espectacular trabajo....sin desperdicios....Felicitaciones....ESTAS HACIENDO HISTORIA...

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