Umbro Grimozzi en la carrera que debutó Fangio |
Como
en toda ciudad del interior, el automovilismo en Juárez era una verdadera
pasión. El primer automóvil que circuló por nuestras calles fue un Opel -
Rusellhein traído por don Pedro Grimozzi, en el año 1908. El segundo en
promover la curiosidad pública con su auto fue Andrés Basterreix sucediéndole
Jorge Masón, Pedro Ortiz, Angel Iarussi, Antonio Castelli y José A. Gioja.
1908: Pedro Grimozzi, su esposa Esther Migliore e hijos |
Otro
dato interesante es el que une al automovilismo con el fútbol ya que en 1913
una delegación del Club Juarense integrada por los señores José Botto, Ricardo
Vacarezza, Roberto Zibecchi y Luís Gonsmisini, se trasladan a Tandil, en un
coche modelo 1910, propiedad de Juan Manuel y Francisco Cosentino, acompañado
por otros dos vehículos de similares características.
También
es de destacar que el primer viaje a Buenos Aires en automóvil lo realizaron en
1917 Emilio Dominé, José Gioja y Lamberto Grimozzi.
La
primera competencia automovilística, fue en 1913 con un duelo entre Miguel
Asurabarrena acompañado por Francisco Campi y José A. Gioja con Fulgencio
Cittadini, propietarios de un Maxwell y un F.N respectivamente. La carrera
comprendía hasta Tres Arroyos y el triunfo fue para Gioja ya que su competidor
rompió el motor en proximidades de Gonzáles Chaves.
Ninguna
historia que se pretenda escribir sobre el automovilismo mundial, podrá omitir
el nombre de Juan Manuel Fangio y espontáneamente, surgirá en el recuerdo la
ciudad que lo vio debutar.
Fue un
25 de octubre de 1936, cuando con el seudónimo de “Rivadavia” cumple su primera
competencia con un Ford "A" 1929, Nro. 19 color azul, que operaba
como taxi y era propiedad del padre de su amigo Gilberto Bianculli, que lo
acompaña. El circuito utilizado fue un triángulo formado por la ruta 3, el
antiguo camino a Chillar y el camino a la estancia Cinco Lomas. La prueba era a
beneficio del Hospital y
Participaron
competidores de toda la zona y de nuestro partido lo hicieron: Marques de
Juan M Fangio con el nº 19 en la largada de la carrera |
La
competencia tuvo como atractivo la lucha entre los locales Juan Faré y Raúl
Bernini que en realidad clasificaron 3º y 4º respectivamente. El ganador había
sido Marqués de
Fangio
abandonó por roturas en el motor del auto. Estaba ubicado en la tercera
posición y en la vuelta 23º, a dos del final, fundió biela. Cuando ya se había
retirado de la actividad Fangio recordaba esta competencia señalando: “El día
anterior a la carrera salimos al circuito para dar algunas vueltas. El Ford
andaba muy bien, muy fuerte; el máximo que podía sacársele a un motor estándar.
Estábamos dando vueltas al circuito con nuestro Fordcito, cuando en una recta,
otro coche igual al nuestro nos pasó con toda comodidad. Yo conocía bien lo que
podían dar esos autos con el motor estándar y entonces le dije a Bianculli:
Che, aquí hay mula. Sin más comentarios, esa misma tarde nos fuimos con el
Fordcito para Vela, donde un hermano mío tenía un taller mecánico. Durante la
noche desarmamos el motor, le cambiamos el volante y volvimos a la mañana
siguiente”.
“Y largué mi primera carrera como piloto. Era un circuito terrible por el
colchón de tierra suelta que lo cubría. Por momentos no se veía nada. En eso,
un coche chocó con otro, volcó y se mató el piloto. Yo, en medio de la tierra y
el entrevero, le metía para adelante: no me animaba a disminuir la velocidad
por miedo a que alguien que viniera de atrás me chocara; pero no aceleraba
mucho más tampoco, temiendo llevarme alguno por delante. Me encontraba en una
situación difícil. En un momento en que se disipó la tierra pudimos observar
mejor cómo venía la cosa y nos alegramos con Bianculli porque estábamos bien
ubicados.
“En la
misma prueba corría también Finochietto, que era de mi pueblo. Había gran rivalidad
entre nosotros. Por eso, lo único que yo quería era ganarle. Iba ubicado en el
tercer lugar, pero de pronto me quedé sin aceite y debí abandonar. Este
abandono en la penúltima vuelta me produjo gran amargura. No recuerdo en mi
vida deportiva haber tenido una decepción tan grande. Esa noche no podía dormir
y no me avergüenzo de decirlo: lloré. Pero al día siguiente me esperaba otra:
resulta que utilizaron mi coche como tipo para verificar el estado del motor de
todos los que se habían clasificado. Todos estaban arreglados. Finalmente
descubrieron la mula y se resolvió no pagar los premios. Y todavía hoy se
discute el resultado de aquella carrera que fue la primera que corrí en mi
vida”.
En
esta competencia, de la cual existe una filmación realizada por Nicolás Pifano,
hubo un accidente fatal ya que al largarse la prueba de fondo, el coche de Juan
Estayno que llevaba como acompañante a Armando Tesone, para evitar una
alcantarilla volcó, perdiendo la vida el mencionado Tesone.
Como
preliminar de la competencia central hubo otra que se denominó Serie “T”,
ganada por Víctor Nanni, a un promedio de
En 1948 en la pista de Los Mataderos
La
primera carrera de automovilismo que organizó el Club Alumni, junto con
Juarense fue el 29 de octubre de 1948. Se realizó en el circuito de “Los
Mataderos”. Corredores de nuestra ciudad y la región participaron de esta
competencia con gran presencia de público. En la primera serie segundo fue el
local “Tito” Gamaleri. En la segunda ganó el juarense Ibrahim Arruebarrena,
seguido por Juan Elhaiek. La final fue para Arruebarrena, seguido por Gamaleri
y Juan Tortorella.
La
pista de Los Mataderos siguió siendo escenario de competencias que reunían a
los numerosos amantes de los “fierros”. Recordamos en 1950 la prueba
automovilística para coches modelo 1927, inclusive el Chrevrolet 28, auspiciada
por
Norberto Pascuali y colaboradores |
Al referirnos al automovilismo local, si bien está fuera del período que esta historia de Juárez abarca, debemos señalar el debut en 1955 de Norberto “Nene” Pascuali, que a los 19 años corrió en Chillar en una prueba de la categoría Ford T.
Oscar Tejerina y Norberto Pascuali en competencia de TC |
No debemos dejar de mencionar a Oscar Tejerina que representaba
a nuestra ciudad en el Turismo de Carretera, la máxima categoría de su tiempo,
con escasa fortuna en los resultados pero con gran vocación y la compañía,
precisamente de Norberto Pascuali.
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