15 jun 2021

LA LLEGADA DEL FERROCARRIL

Durante la segunda mitad del siglo XIX y la primera del XX, pocos hechos resultaban tan auspiciosos en la vida de los pueblos de la campaña bonaerense como la llegada del ferrocarril.

La primera sección de lo que fue el Ferrocarril del Sud, que posteriormente llegó a Juárez, se habilitó entre Plaza Constitución y Chascomús en diciembre de 1865.

En 1871 esta empresa de capital británico comenzó su expansión hacia el sur por dos frentes, uno de ellos desde la punta de rieles, Chascomús, hacia Dolores y Ayacucho llegando a esta última en diciembre de 1880.

Rumores llegados a Londres referidos a la intención del Gobierno de la Provincia de expropiar al Ferrocarril del Sud, motivaron que el Directorio de la misma enviara una comisión a nuestro país para negociar con el Gobernador los términos de un acuerdo que evitara esta medida no deseada por los intereses británicos. El arreglo al que se arribó entre los representantes de la empresa, señores Frank Parish y Charles O. Barker, Presidente y Secretario respectivamente del Directorio y el Gobernador, Dr. Dardo Rocha, comprometía al ferrocarril a construir la prolongación de su línea desde Ayacucho hasta Tandil, lo que se concreta en 1883.

A partir de entonces Tandil comenzó a vivir lo cotidiano del servicio ferroviario mientras los rieles se aprestaban a continuar su tendido hacia el sur.

Originariamente, había sido propósito del Ferrocarril Sud que en lugar de tomar rumbo hacia Juárez, lo hiciera directamente a Azucena para extenderse en dirección a Bahía Blanca, pero ese proyecto nunca pudo realizarse, por cuanto los estudios efectuados comprobaron que se tropezaba con ese enorme muro de granito de las canteras de la zona de La Movediza imposible de salvar, ni desmontando ni perforando para hacer un túnel. Tal proyecto fue dejado de lado y hubo que modificar los planos originales.

El libro “Historia del Ferrocarril del Sud”, editado en 1937, sobre esta extensión a Juárez señala que “practicados los estudios preliminares fue sometida a la resolución del Poder Ejecutivo la elección de la traza de tres, que se habían proyectado, después de analizar con prolijidad las dificultades que ofrecía la salida de Tandil.”.

La Gobernación, según la misma fuente, le solicitó a la empresa ferroviaria ejecutar la extensión a Juárez, sin el aporte de fondos de la Provincia, lo que permitía a ésta disponer de los recursos previstos, para extender otras líneas que igualmente se reclamaban con urgencia. La respuesta fue positiva por parte del Ferrocarril del Sud, por lo que la obra se hizo sin costos para el erario provincial.

Esta extensión se había solicitado en reiteradas oportunidades, respondiendo también a intereses de la Provincia, ya que servía a una zona importante y rica. Por ello los legisladores aprobaron sobre tablas la concesión del servicio el día 23 de agosto de 1883.

Se promulgó a ley para realizar los estudios a los efectos de concretar la continuidad de la línea de Tandil hasta Juárez en un recorrido de 85 kilómetros. Cabe agregar que en 1882 la autoridad municipal local resuelve entregar, al presidente de la Comisión de vecinos para los trabajos del ferrocarril de Tandil a nuestra ciudad, la suma de $ 30.000.- para sufragar los gastos de estudio de la vía, destinando para esto el importe del canon de chacras y quintas atrasados. Se supo además que los nombres de las estaciones intermedias, que eran facultad del Ejecutivo provincial, los había puesto la empresa generándose un incidente que fue superado al entender, el gobierno, las razones que exponía Ferrocarriles para nominarlas de esa manera. Las estaciones llevaban el apellido de los donantes de las tierras.

La nueva traza queda librada al servicio público el 8 de marzo de 1885, cuando llega el primer tren. Ese día fue un verdadero acontecimiento, los vecinos se daban cita en la Estación para presenciar el paso del convoy, transformándose en el paseo preferido de los juarenses.

ORGANIZACIÓN DE LA POLICÍA

1920: Frente a la Comisaría en la calle 25 de Mayo

Desde el mismo momento que comienza la formación del pueblo de Juárez están presentes las autoridades encargadas de la seguridad y vigilancia de los vecinos.

Como el número de habitantes crecía y nuestra zona era un espacio neutral entre los combatientes, una suerte de tierra de nadie, todos aquellos que tenían deudas pendientes con la justicia, se recostaban en estos parajes donde encontraban tranquilidad. Pero el gobierno resolvió extender su autoridad efectiva creando la Policía Rural con una reglamentación especial que la militarizaba.

Juárez era cabecera de la segunda sección de la policía rural, dependiendo de ella Tres Arroyos. El primer Jefe de ellos, en nuestro partido, fue el Comisario Luís Aldáz o “gorra colorada” como comúnmente se lo conocía; tuvo que realizar destacados hechos de valor personal para imponerse y hacer respetar la autoridad, lo que le valió larga y justa fama.

Aldáz era vasco y según testimonios en Navarra durante las "carlistadas" (guerra civil española), estuvo preso en setenta y dos cárceles. Consiguió escapar y llegar a la Argentina, donde peleó contra López Jordán. Después se hizo famoso en toda la Provincia de Buenos Aires. Lo llamaban "Gorra Colorada", no se sabe bien si por la "chapela gorri" de los carlistas, por el distintivo de los conservadores, o porque en aquella época el quepis colorado formaba parte del uniforme de los comisarios.-

      Limpió todo el sur de la Provincia de vagos y criminales, y una vez él solo detuvo al "Tigre del Quequén, un tal Felipe Pacheco, que debía catorce muertes. Lo desarmó y lo ató. En el libro “Aitona” de Ignacio Arruabarrena, sobre el personaje señala: “en la capilla lo vi más de una vez oír misa a don Luís Aldáz, que con su alta estampa y realzado por el uniforme, agregado a su conocida fama de perseguidor de vagos y delincuentes, imponía respeto. A Aldáz tuve oportunidad de tratarlo porque era muy amigo de mi padrastro, que se conocían de España; cuando se encontraban solos hablaban en baskuence”. Aldáz era un hombre de esos antiguos, muy capaz y, sobre todo, de pocas palabras.

El 9 de abril de 1881 se habilitó una sub comisaría en nuestro medio, remplazando así la primitiva partida volante, que recorría establecimientos de la campaña. Fue el primer oficial de esa dependencia José María Bengolea. Posteriormente en la primera quincena del mes de noviembre del año 1888, fue elevada a la categoría de Comisaría designándose comisario del Partido de Juárez al señor Luís M. Eglis. La repartición estaba ubicada en la esquina de las calles Belgrano y Otamendi, la misma que ocupa en la actualidad. Justamente al mes de estar habilitada la comisaría, el nombrado funcionario tuvo que actuar en un grave suceso que se desarrolló en el paraje Las Sortijas, en que fue herido de dos balazos Basilio Ludeña, falleciendo a los tres días.

Posteriormente la Comisaría se trasladó a la esquina de 25 de Mayo y C. Zibecchi, para volver varios años después, el 30 de enero de 1945, al edificio actual. En esa fecha en nombre de la Jefatura Central recibe la posesión del edificio el Comisario Raúl Gil Lavedro. La inauguración de la flamante sede la preside el Comisario de entonces señor Francisco Olavarría, quien ocupó el cargo hasta 1948.

Comisaría de Juárez en 1920

REGISTRO CIVIL

En otro orden debemos mencionar la creación de la oficina local del Registro Civil, que fue el 19 de febrero de 1889, siendo su primer Jefe, Carlos Ultzen. La primera estadística que se conoce es la que señala que durante 1889 se había registrado 446 nacimientos, 33 matrimonios y 202 defunciones.

Posteriormente informa que en 1895 la población del partido era de 9318 habitantes de los cuales 2835 estaban en la planta urbana.

En los primeros 63 años de control estadístico, de 1889 a 1952, tenemos en el aspecto vegetativo un saldo de 15.071 habitantes. Los años 1902 y 1907 registran el mayor número de nacimientos y por coincidencia 587. En matrimonios la cifra record de 1904, que fue de 110 uniones, recién se supera en 1948 con 112. El año 1890 registra el más alto porcentaje de defunciones 339, y el menor en 1949 que fue de 149.

EL SERVICIO DE SALUD 

Hospital A. Alsina 1906

A sabiendas de la importancia de contar con la asistencia sanitaria para la incipiente población, ya en 1878 el Dr. Adolfo Martínez impulsó la creación de un Hospital Municipal para atender a los vecinos de Juárez, de menores recursos, como lo señalamos anteriormente. De esta manera el secretario municipal Genaro Iranzo realizó la tramitación que culminó con el arreglo de una pieza para proveerla de muebles, camas, útiles, etc. que fueran necesarios por cuenta de la Caja Municipal. 

En julio de 1883 un informe elevado a las autoridades sanitarias provinciales, describía la situación en nuestro partido. El medico municipal Dr. Julio Casal expresa que el pueblo de Juárez “tiene un clima muy variable y en el invierno se deja sentir, en algunos días, un frío intenso. Sus condiciones higiénicas son en general buenas”.

“Patología: Las enfermedades esporádicas que se observan con más frecuencia son la laringitis, bronquitis, neumonía, anginas, reumatismos, vicios orgánicos del corazón, tuberculosis pulmonar, tétano infantil, etc.” 

“Entre las enfermedades que han reinado con carácter epidémico figuran el sarampión y la viruela. Esta última se desarrolló en el mes de mayo de 1882 y causó 88 víctimas en la población y sus alrededores. Hubieron muchos casos de viruela hemorrágica”.

Los ingresos por vía impositiva comunal, a principio del siglo XX, fueron magros pero era necesario establecer ciertos servicios como el hospitalario a los que la comuna no podía hacer frente, sobre todo en materia de instalaciones. Fue cuando se resolvió realizar una campaña de aportes voluntario que tuvo un amplio eco en la comunidad logrando la construcción del hospital de Juárez.

El servicio, que en principio había sido limitado, fue mejorándose poco a poco hasta llegar la puesta en funcionamiento del Hospital “Dr. Adolfo Alsina” el que se funda en el año 1906, en instalaciones que hoy ocupa el Hogar de Ancianos y Casa del Niño, las que pasaron a cumplir estas funciones en 1968.

El Hospital “Adolfo Alsina” llevó adelante una importantísima labor en beneficio de la salud, fundamentalmente de las personas más humildes. Una estadística del año 1941 señala que en 12 meses se habían atendido 15.400 personas, la farmacia con que contaba el nosocomio, despachó más de 6.000 recetas y el promedio anual de internados era de 49 personas. Por esos años tenían 66 camas en cuatro secciones: Maternidad, Mujeres y niños, Hombres y Cirugía. Contaba con cuatro enfermeras, un bioquímico, un farmacéutico, un odontólogo y dos parteras diplomadas, además de los médicos clínicos. Asistían también dos cirujanos de la Capital Federal en forma periódica.

Personal Hospital A. Alsina 1942

Otro Hospital surgió en reemplazo de aquel; tras numerosas gestiones de las autoridades locales, el municipio, en 1948 llama a licitación para la construcción de un hospital regional que pasaba a depender del Ministerio de Bienestar Social de la provincia, lo que llevaba alivio a las arcas municipales. La empresa Spampinatto y Spegui tuvo a su cargo la construcción del Hospital Regional de Juárez. Así nace, con una capacidad de 55 camas, en 1953 el actual hospital “Dr. Saintout” que, muchos años después, volvió a la esfera municipal y hoy lo hace como ente descentralizado. Se levantó en la conocida por entonces como Plaza Falcón, frente al Dispensario de Infecciosos “Cayetano Zibecchi”, que antes había funcionado como Asilo de Ancianos (hoy Cruz del Sur).

El Concejo Deliberante local había dictado una ordenanza, el 16 de agosto de 1948, donde donaba “a título perpetuo” al Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires el terreno donde se ubicaba la Plaza Vivero General Falcón. 

El primer centro privado de atención de la salud, se creó en 1917. Los doctores Joaquín Landa y Vázquez Casanova, en la esquina actual de Libertad y Pumará fundaron el Sanatorio Juárez. Antes el predio había sido ocupado por un galpón donde funcionaba una herrería de carruajes.

En 1923 se retiró el Dr. Vázquez Casanova y ocupó su lugar el Dr. Eduardo Landa. Cinco años más tarde cuando se retira Joaquín Landa ingresa el Dr. Alfredo Saintout. Continúa su desarrollo durante once años, imponiendo su servicio a partir de una estricta organización y la capacidad de los profesionales actuantes. En 1939 los directores propietarios eran Alfredo Saintout, Tulio Martini y la obstetra Ángela Ferrer. El sanatorio Juárez funcionó allí hasta el año 1963.

Los profesionales médicos que contribuyeron al mejoramiento de la salud de nuestros vecinos hasta aproximadamente 1950, entre otros fueron: 1877 Adolfo Martínez y N. Bolognini; 1879 Ignacio Lizarralde y Buenaventura Cortez; 1882 Adrián Botana; 1888 Jacinto Blanco y Andrés Bayón González. Le siguieron posteriormente: Ambrosio Quadri,  Pastor Molla Villanueva, Secundino Alonso, Teofilo Moreno Muñoz, Joaquín Landa, Mauricio Catrén, Federico Dori, Benito Vasquez Casanova, Ernesto Moreno, Antonio DÀtri, Dardo García Díaz, Antonio Mir, Guillermo Meana, Hugo Salinas, Juan B. Gioja, Dardo Alegre, Eduardo Landa, Mariano Bordón, Pedro Martínez Sosa, Héctor Luis Carelli, Juan Livio Martini, Washington Correa, Tulio Martini, Justo Saligari, Alfredo Saintout, Italo Scaglia, Manuel D. Labriola, Pascual Actis Caporale, Esteban V. Riganti y Juan Bernardo Taglioretti.



No hay comentarios:

Publicar un comentario