13 may 2021

Inicios de la actividad política

La actividad política partidaria en Juárez comienza cuando en 1886, se sanciona la Ley Orgánica de las Municipalidades que creaba el cargo de Intendente Municipal, cabeza del Departamento Ejecutivo y que limitaba el accionar del Juez de Paz solo a temas judiciales de menor cuantía. Ya en 1872 se habían recortado las facultades de los jueces de paz al crearse las Comisarías.

No quiere significar esto que en tiempos de Mariano Roldán no existiese la política, sino que la incipiente población y las necesidades más urgentes no daban paso a esas discusiones. Aún existía la amenaza indígena. También es cierto que no había mucha gente preparada para ejercer el cargo de Juez de Paz, que reunía, en una sola persona, todas las funciones de gobierno.

 El “mitrismo” con Roldán

De pié Salvador Roldán (hijo de Mariano), Alberto Mitre (sobrino del General), Mariano Roldán (hijo) y Rosendo Domínguez, sobrino de Roldán.

Desde la hora inicial - dice Salvador Romeo - la política hizo su parte en las tierras de Juárez. Desde luego que la gran amistad que unió a Mariano Roldán con Bartolomé Mitre, fue factor decisivo en muchas cosas y el “mitrismo” significó políticamente un verdadero baluarte en la zona

Conforme se incorporaban nuevas tierras a la civilización y los colonizadores se afincaban en ella, surgían los círculos de amigos que respondían a determinadas influencias que se movían en la Capital y que obedecían a personas vinculadas en altas esferas de la época.

Personajes de la oposición también miraban al centro y sur de la provincia y trataban de convencer a los hombres de “arrastre electoral” que vivían y luchaban en los nuevos partidos bonaerenses.

Debemos reconocer que hubo casos en que los dirigentes del interior, no fueron hombres de apego a la política, pero situaciones muy especiales en que no estaban ajenos los intereses que guardaban estos campos, pesaban muy fuerte para que se pudiera vivir desvinculado de todo, y participar a la vez de la evolución que se operaba.

Hasta 1885 la campaña y el pueblo de Juárez, estaban con el General Bartolomé Mitre, a quien respetan y adhieren. Mariano Roldán era el encargado de difundir su pensamiento y la amistad que le une estrechamente, es algo más que una simple insinuación a los pobladores del flamante partido. Esa amistad también le sirvió para abortar las intenciones del Coronel Álvaro Barros de anexarnos al partido de Olavarría.

 Luchas bravías

Según afirma Juan Cesáreo Vittor, en el periódico “El Independiente”, la política en el partido de Juárez, se desarrollaba “dentro de un ambiente de luchas bravías, sin ocultamientos, cada uno tenía el orgullo de ser “blanco” o “colorado”, acompañaba a su jefe por pasión o amistad, sin esperar más que algún mal rato”.

Cuenta que en víspera de una sesión del Concejo Deliberante, en 1885, en la que se debatiría una cuestión en la que el caudillo de entonces Mariano Pereyra, tenía interés de evitar, dio lugar a un dramático y al mismo tiempo curioso episodio. En el tren de la Capital debían llegar los componentes del Concejo que formarían mayoría, así pues a su llegada a las 8 de la noche, serían secuestrados.

La estación se llenó de emponchados que guardaban Remington cortos y al llegar el tren no se logró la captura de los personajes. Entonces algunos para no desperdiciar el viaje, hicieron nutrido fuego contra los coches de pasajeros sin que hubieran víctimas, pero otros aprovecharon para fajar a los contrarios políticos que habían ido a recibir a los viajeros resultando uno de ellos, el escribano Mouzo, con un balazo en la frente y de refilón, salvando su vida don José M. Echenagucía que lo llevó arrastrando hasta la oscuridad en las inmediaciones de la estación, hasta que pasó el barullo.

Otra anécdota que cuenta Juan Cesáreo Vittor se refiere a una elección de gobernador que había generado una concentración de votantes distribuidos en dos bandos, los de pañuelos blancos en la plaza y los otros frente a la vereda de la municipalidad. Policías con Remington estaban de custodia en ese sector. De repente suenan varios tiros y de la plaza atropellan hacia la Municipalidad más de trescientos hombres que se detienen solo cuando uno de los caudillos dirigentes les gritaba: “Es entre los mismos”. Había sido un incidente entre correligionarios, un muerto y tres heridos fue el saldo de esta confusión.

Las campañas electorales eran muy pintorescas. Una de las modalidades era concentrar gente en amplios locales cercanos al pueblo o estancias, durante 15 o 20 días, donde se jugaba y se comía asado a discreción y era el mayor orgullo hacer alarde de su opinión partidaria que era la que tuvieran los hombres de su predilección. Una elección entonces, era para el pueblo, un motivo de movimiento general en el comercio. Hoteles y fondas trabajan a todo ritmo durante las semanas previas a los comicios.

 1887: La Liga del Sur

Mientras la Guardia Nacional de Juárez cumplía sus ejercicios, pronta para defender la Ley, al promediar 1887 la política del lugar ocupaba su puesto despertando entusiasmo en los hombres maduros y en los jóvenes.

Por aquellos años, siempre antes de 1900, Juárez contaba con hombres que tenían una importante actuación en el escenario de la política como Cecilio López, Diputado y Senador Nacional; Domingo Lastra, Ministro de la Nación; Guillermo Udaondo Gobernador de la Provincia; Juan Mulle, Diputado provincial; y en lo personal se destacaban José Echenagucía y Rodolfo Bunge, ambos con el grado de Coronel del Ejército;

En 1887 era voz corriente la unión de varios pueblos del sur para sostener determinada línea política provincial. En diciembre se anuncia la formación de la Liga Unionista. En realidad se trata de “La Liga del Sur” cuyos fundadores fueron Mariano J. Pereyra de Juárez y Teófilo Gomila de Tres Arroyos. La Liga comprendía otros distritos además de los nombrados, como Tandil, Ayacucho, una fracción de Necochea, otra de Pringles y varios núcleos que trabajaban a su favor en Maipú, Tordillo y Coronel Dorrego.

Esta fuerza política nació en Juárez un 29 de noviembre de 1887 y en su acta constitutiva aclara que lucharán con el fin de sostener al Gobernador Máximo Paz (1887/90). Paz era pariente del Presidente Juárez Celman. Precisamente Mariano Pereyra es elegido en 1889 como jefe comunal, haciéndolo hasta 1890.

La crisis económica, y moral que soportaba el país, en la desafortunada gestión de Miguel Juárez Celman, donde no hubo fraude o especulación que no se intentase, dio nacimiento en 1890 a un nuevo partido, la Unión Cívica, bajo la conducción de Bartolomé Mitre y Leandro N. Alem, que llevó a cabo la Revolución del Parque, el 26 de julio. Esta fue controlada, pero el Presidente de la Nación, Juárez Celman debió renunciar el 6 de agosto de ese año.

El interinato en la comuna era ejercido por Alberto Oñaederra, cuando el 30 de noviembre de 1890 se realizan elecciones sufragando 510 ciudadanos juarenses, resultando electo el señor Pedro Hardoy, que no asume el cargo, por lo que debe asumir interinamente Don Alfonso Taglioretti.

La administración local se desenvuelve dentro de los vaivenes políticos que en muchos casos dificultaban la administración. Se suceden en el cargo Vicente Silveyra (1891-92), Marcos Villafañe (1893), José M. Echenagucía (1893-94) y Miguel Lasotta (1895-96).

Urbano García Intendente

En representación del Partido Nacional el 1 de enero de 1897 es elegido Intendente don Urbano García (foto), que era presidente del Concejo Deliberante desde el año anterior.

Fue en el ejercicio de esas funciones, que prolongó hasta 1899, que Don Urbano puso en evidencia su espíritu de iniciativa y de organización como así también su intachable conducta. A pesar de los limitados recursos con que se disponía en aquel entonces, propició y llevó a cabo importantes obras en beneficio de la población.

Cabe agregar que Don Urbano García, había iniciado su actuación en cargos públicos a los 24 años de edad cuando, el 22 de abril de 1891, el gobierno de la provincia lo designó Jefe de la Guardia Nacional en el distrito. En ese mismo año en diciembre fue nombrado Juez de Paz, cargo que volvió a ocupa en los años 1893, 1899, 1900 y 1901. Asimismo en 1895 el Gobernador de la Provincia Guillermo Udaondo, le dio mando de tropa, designándolo Capitán de Infantería de la Guardia Nacional. En materia política sustentó siempre los principios del viejo Partido Conservador siendo una figura respetada tanto en las filas del propio partido como en las de los adversarios. El último cargo público de importancia que ocupó fue el de Comisionado Escolar en 1915.

La visita de Bartolomé Mitre a Juárez

Mariano Roldán, en 1889 había dejado el protagonismo en la vida política de Juárez, pero mantenía sus estrechos vínculos con Bartolomé Mitre, quien ya había sido Gobernador de la Provincia, Presidente de la Nación, generalísimo de los Ejércitos de la Triple Alianza en la guerra con el Paraguay, y seguía acaudillando multitudes, pero con el paso de los años había disminuido su actividad, aunque sus palabras y consejos gravitaban en la vida cívica de la Argentina.

Como señalamos precedentemente, Juárez había dado sin titubeos el apoyo a Mitre por la influencia de Roldán, quien no dudó en ningún momento de mostrar la solidaridad política y la sincera amistad personal. Mitre lo sabía y supo reconocer esa fidelidad, por lo que cuando sintió la necesidad de tomarse un descanso para su vida agitada, pensó en lugares ubicados a cientos de kilómetros de Buenos Aires y su corazón y su pensamiento vinieron a los campos de Juárez, donde estaban sus leales amigos.

Juárez se había constituido en el centro de una avanzada “mitrista” en el desenvolvimiento de la zona; Tandil, Juárez y Azul habían sostenido al General con gran pasión y coraje, que muchas veces conoció el derramamiento de sangre y el sacrificio de la inmolación.

En el histórico establecimiento “El Sol Argentino”, Mitre se procuró un descanso a su vida de emociones intensas. Allí se instaló, en sus cómodas dependencias, compartiendo la mesa con el dueño de casa, Don Mariano Roldán durante un mes, desde el 7 de febrero al 7 de marzo de 1889. La permanencia de Mitre en nuestros campos alcanzó la proyección de un suceso importante para la región. Acompañaron al General, eminentes ciudadanos civiles y militares que llegaban hasta la mentada estancia para saludarlo.

Era intendente del Partido Don Urbano García cuando Mitre, aprovechando su estadía en El Sol Argentino, el 8 de febrero visitó el pueblo, significando, como era de esperar, un acontecimiento de excepción para los pobladores urbanos y de la campaña. En una sesión especial, el 2 de marzo de 1889, el Concejo Deliberante, a manera de homenaje cambió la denominación de la avenida Independencia, que pasaba frente al municipio, por la de “Avenida General Mitre”, lugar por el que había transitado el ilustre visitante.

Con el siglo nace el “pumarismo”

En el año 1900, ejerce la conducción municipal Federico Bunge (foto), siendo titular del Concejo Deliberante Alberto Oñaederra; vice 1º, José A. Romero; vice 2º, Ángel Vela, Manuel Mujica, Manuel Ballester, Juvencio Herrera, Nicolás López y Pablo Garraza.

Al año siguiente (1901) tres agrupaciones políticas se ponen de acuerdo y proclaman lista única de municipales, por lo que vuelve Urbano García a la función de intendente, mientras que Bunge es designado presidente del cuerpo deliberativo. En esa gestión se produce la renuncia de cuatro concejales: Ángel Vela, Pablo Garraza, Justiniano Díaz y Dionisio Guglielmetti, incorporándose los suplentes.

Miguel Lasotta (foto) era intendente municipal de Juárez en el comienzo del siglo pasado y es en el marco de una crisis producida en julio de 1902, cuando el funcionario comunica la acefalía municipal. 

 

En efecto, en nota al Gobernador de la provincia, Lasotta señala que “ha quedado en acefalía esta Municipalidad de Juárez con la renuncia presentada por seis municipales de la misma, incluyendo al que suscribe y solo quedan  cinco titulares de los doce que establece la ley”. Otra misiva de igual fecha, dirigida al Ministro de Gobierno, expresa que la renuncia es indeclinable y nombra a los renunciantes y a quienes permanecen en sus cargos.A raíz de esta anormalidad fue designado Comisionado Municipal el Dr. Pedro Díaz Pumará (foto), quien se hizo cargo de la Municipalidad el 24 de julio de 1902 y ejerció hasta el 1 de octubre de 1905 en que resultó electo Intendente Municipal en las elecciones celebradas el 20 de agosto de 1905. 


Con el Dr. Pumará fueron elegidos e integraron el Concejo Deliberante: Cesar López, presidente; Juvencio Herrera, vicepresidente 1º; Juan Roo, vice 2º; concejales: Juan Udaquiola, Luís Cristeche, Juan Arzeno, Manuel Brazzola y Francisco Pilheu. Consejeros escolares: Miguel Lasotta, Eugenio Heidelberger, Enrique Torioni, Horacio Roldan y Luis Roo.Muchos de estos nombres se repetirán en distintas funciones, ya que Pumará gobernó Juárez por casi cuatro décadas consecutivas, a veces como intendente o como presidente del Concejo Deliberante y otras sin necesidad de estar en un cargo. Cesar López, que había presidido el Concejo Deliberante en 1905 y 1906, pasa a ocupar al año siguiente, el cargo de Intendente y Pedro Díaz Pumará preside el cuerpo deliberativo. El caudillo vuelve a la jefatura comunal en 1909 hasta 1914, habiendo sido nombrado Comisionado Municipal de Bolívar desde 1910 a marzo de 1911.

La Ley Sáenz Peña

La década del ’10 presenció las primeras experiencias democráticas de la Argentina. La Ley Sáenz Peña (promulgada en 1912) sentó las bases del sistema electoral nacional y logró frenar las prácticas de fraude de los partidos conservadores que ostentaban el poder. En junio de 1913, la provincia de Buenos Aires adecuó sus normas a lo dispuesto en el nivel nacional, con la aprobación de una nueva ley electoral provincial.

La principal innovación de esa ley fue la introducción del voto secreto y obligatorio en el territorio bonaerense. No obstante, en otros aspectos importantes, la ley provincial se apartó de la Ley Sáenz Peña. Para los sectores opositores, al menos en dos puntos esta divergencia de la ley provincial evidenciaba la intención del Partido Conservador gobernante de perpetuarse en el poder utilizando mecanismos fraudulentos. En primer lugar, la adopción del padrón provincial como registro electoral; el cual, al ser confeccionado por los concejos deliberantes, ofrecía menos garantías contra el fraude que el padrón nacional. En segundo lugar, la aprobación de los 21 años como edad mínima para el ejercicio del voto, en lugar de los 18 años estipulados por la Ley Sáenz Peña; una medida que, para algunos observadores, apuntaba a excluir de los comicios a una franja de votantes considerados menos manipulables políticamente.

En Juárez es electo, en 1915, Pedro Ortiz como jefe comunal, quien se convirtió en el gobernante que permaneció el menor tiempo en la gestión ya que, en el mismo día que tomó posesión del cargo, lo delegó en el presidente del Concejo Deliberante, Manuel Brazzola, quien ejerce el cargo hasta fines de 1916, este último año Pumará actúa como presidente del Concejo Deliberante.


Pedro Ortíz

Manuel Brazzola


1917: La Intervención radical

La aplicación de Ley Sáenz Peña, que establece el voto secreto y obligatorio, hizo posible la llegada del radicalismo al gobierno. Los radicales gobernarán el país bajo las presidencias de Hipólito Yrigoyen (1916-1922) (1928-1930) y Marcelo T. de Alvear (1922-1928), e impulsarán importantes cambios tendientes a la ampliación de la participación ciudadana, la democratización de la sociedad, la nacionalización del petróleo y la difusión de la enseñanza universitaria. El período no estuvo exento de conflictos sociales derivados de las graves condiciones de vida de los trabajadores.

La asunción de Hipólito Yrigoyen, en octubre de 1916, marcó el comienzo del fin del dominio conservador en la provincia de Buenos Aires. No obstante en nuestro distrito, el caudillo local seguía vigente. En 1917 nuevamente Pumará asume como intendente y Manuel Brazzola va a presidir el cuerpo deliberativo. Pero el mandato se interrumpe en el mes de abril, con la intervención del distrito.

El 24 de abril de 1917, se decretó la intervención de la Provincia “por la notoria y extraordinaria situación de anormalidad política que ha venido experimentando”. Cabe señalar que en el decreto de intervención, se censuró la práctica de acumular cargos legislativos y municipales. Recordemos que Pedro Díaz Pumará, en varios períodos fue simultáneamente Diputado Provincial (1902-1912) e intendente.

El interventor provincial designado, José Luís Cantilo procuró reorganizar el gobierno, desplazando a los diferentes caudillos conservadores locales, tal el caso de Pedro Díaz Pumará en Juárez y nombrando Comisionados Municipales en el 97% de los partidos de la provincia.

En nuestra ciudad fue primeramente designado Marcial Castells quien estuvo al frente del gobierno municipal, en los años 1917 y 1918.

Marcial Castell

 

Había llegado a Juárez en 1879 y fue uno de los hombres que, en los períodos fundacionales, trabajó en pos del progreso de la comunidad. Siempre militó en las filas del radicalismo, llegando a ser revolucionario del 90 y el 93.Los Comisionados eran seleccionados de una terna de individuos propuestos por los miembros del partido radical más prestigiosos de cada jurisdicción municipal. La actuación política y administrativa de Castells, que era amigo de Hipólito Yrigoyen, tiene significación por haber sido el primer militante de la Unión Cívica Radical que llega a la conducción del municipio, lo que ocurre al ser desplazado el partido Defensa Comunal cuya jefatura ejerció el Dr. Pedro Díaz Pumará.

A Castells le sigue, al frente de la intervención municipal, ya en 1919, Diego Bagnasco por un lapso de solo 45 días, siendo sucedido por Luís Errecaborda con un período similar que va desde el 16 de febrero al 20 de marzo. En esa fecha es reemplazado por Julián Muñiz hasta el 24 de abril de ese año, es decir tres interventores en cuatro meses.

1919: Vuelve el “pumarismo”

A nivel provincial comenzaba a gestarse una crisis interna dentro del radicalismo. En la sesión del Concejo Deliberante, para designar intendente, la votación dio un empate en 7 votos entre los señores Adolfo F. Roo (hombre de Pumará) y Juan M. Anabia Elejalde, mientras que por renuncia de este último, el concejal Esteban Ebarlín propuso como moción, para no repetir la votación se proclame Intendente al señor Roo, lo que logró aprobación unánime. 

Adolfo F. Roo

El nombrado estuvo al frente de la comuna desde el 24 de abril de 1919, ejerciendo la titularidad del Concejo Deliberante José M. Zumárraga, hasta finales de 1920.

En las elecciones realizadas en marzo de 1920 en nuestra sección electoral se elegían senadores provinciales. En ese ámbito logra un amplio triunfo la UCR sobre los conservadores, no obstante esa diferencia fue mucho más estrecha en nuestro distrito; la UCR obtuvo 204 votos contra 184 de los Conservadores y 23 del socialismo a nivel provincial. Esto marcaba la vigencia del “pumarismo” que en candidaturas locales se imponía con comodidad.

Adolfo Roo continúa como intendente y Bernardo Cristeche en la titularidad del Concejo Deliberante. Cabe acotar que en estos comicios son electos, por primera vez, dos concejales socialistas: Pascual D´Agostino y Luís Raya que no fueron incorporados. Alguna cuestión de orden impositivo se esgrimió, por lo que no pudieron asumir; tampoco lo hicieron los suplentes quedando compuesto ese año por 12 miembros.

 Críticas a Pumará

El estilo y las formas del “pumarismo”, era duramente cuestionado desde la oposición socialista. Don Ángel Sebastián, quien fuera concejal por esa fuerza, en 1925 y 1926, opinaba que durante cuatro décadas se retrasó la evolución política y social de Juárez. “Nuestra política fue mala – decía Sebastián-; un régimen unipersonal de mediocre capacidad, que mantuvo su imperio total durante casi cuarenta años anuló prácticamente toda iniciativa de progreso; el pueblo era una estanzuela que se manejaba muy a la antigua.” Sebastián aceptaba que “muchas veces, como oposición, mostramos carencias de valores intrínsecos y que el medio, presionado de mil sutiles formas, frenó muchos impulsos que son necesarios para concretar y hacer triunfar las buenas causas.” Afirmaba que entre los que empuñaban el libro, y los que utilizaban la “taba” como elemento de aglutinación política, ganaron estos últimos. También reconoce que muchos opositores cuando llegaron accidentalmente al gobierno mostraron los mismos vicios y carencias de espíritu progresista que le reprochaban al régimen.

En las legislativas los radicales

En los niveles provinciales el Partido Conservador era permanentemente derrotado en nuestro distrito a manos de la Unión Cívica Radical, No obstante, Pumará mantiene el dominio absoluto en el ejecutivo municipal. Es electo intendente desde 1921 hasta fines de 1923, contando como presidente del Concejo Deliberante a Joaquín Sarasola, un hombre de su confianza.

Los resultados provinciales eran otros. El 30 de marzo de 1919 se realizan elecciones legislativas en la provincia de Buenos Aires, en donde la sexta sección elegía un diputado provincial, triunfando en nuestro distrito, el radicalismo con 468 votos contra 22 del socialismo.

El 28 de marzo de 1920 se concretan elecciones a Senadores provinciales en la sexta sección electoral. En el distrito de Juárez triunfa la UCR con 204 votos; el Partido Conservador logra 184 y el Socialista 23.

Angel Apestegui

El 27 de marzo de 1921 en elecciones a Diputados el resultado en el distrito es el siguiente: UCR Provincia 450; UCR 283; Conservadores 50 y Socialistas 81.

Representado por Ángel Apestegui, continúa el gobierno pumarista desde 1924 hasta 1926. El Concejo Deliberante lo presidió Juan M. Brazzola los dos primeros años y el tercero Venancio Arruebarrena. En los comicios provinciales en que se elegían legisladores, los números no cambiaron en 1924, 1927 y 1928, el triunfo holgado era del radicalismo.

La comuna seguía en manos de los hombres de Pumará, a pesar de los duros enfrentamientos con los radicales que denunciaban el fraude en los comicios locales.

Los concejales de la UCR denunciaron ante el Juez del Crimen el atropello a la ley en el acto electoral de diciembre de 1927. Aducen “violación a la carta orgánica municipal artículo 45. Se ha probado plenamente una trama urdida por la fracción pumarista para asegurarse, por medios bochornoso e ilegales, un acto que le permitió las acostumbradas operaciones dolosas en el movimiento eleccionario del 27 de diciembre pasado”. Los concejales envueltos en este “affaire” Venancio Arruebarrena, Apestegui, Ferrucio Riganti, Fontana, Piñuaga y Campi, los extranjeros Bouras y Bobbia y el secretario del cuerpo Juan C. Vittor considerado el mentor de estos enjuagues, fueron arrestados por la policía local y al día siguiente liberados bajo fianza.

Miguel Asurabarrena

En 1927 y 1928 era Intendente, Miguel Asurabarrena y Presidente del Concejo Deliberante, Venancio Arruebarrena. Las elecciones presidenciales de 1928 en Juárez fueron ganadas por los radicales que sumaron 1067 votos, contra 910 de los conservadores y 63 de los socialistas. En los cargos a diputados también la UCR se impuso por 1064 votos contra 484 de los conservadores, 62 socialistas y 28 de Línea Nacional.

Ángel Apestegui sucedió, en el Ejecutivo municipal, a Asurabarrena en 1929 y 1930 junto a Luís F. Semper como Presidente del cuerpo deliberativo el primer año y Venancio Arruebarrena en el segundo.

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