29 ago 2021

El primer habitante de Juárez acusa a Rosas de su muerte

 



Una figura de relieve que ha permanecido en la penumbra de nuestra historia regional, a pesar de una amplia foja de servicios, fue la del Coronel Narciso del Valle, el primer poblador de las tierras del partido de Juárez. Era propietario de una estancia en cercanías de la sierra La Tinta, la que también era utilizada como asentamiento militar.

Fue un hombre muy valorado por Juan Manuel de Rosas, lo nombró su edecán y luego requirió sus servicios por ser un gran conocedor de las fronteras.

Nacido en Santa Fe de la Vera Cruz en 1794, se inició como soldado en el Batallón de Infantería de Entre Ríos. Hizo una carrera vertiginosa y ascendente en su provincia y a partir de un tratado, entre los gobernadores de Entre Ríos y Buenos Aires en 1823, integrando el regimiento de caballería “Húsares de la Muerte” llega a Buenos Aires. El escuadrón marchó a la zona donde se concentraban las fuerzas con las que iba a iniciar su última campaña a nuestra región, el General Martín Rodríguez.

En cercanías de La Tinta, tenían sus tolderías los caciques Calfiao y Cañuante (cuya presencia atestigua el Corral de Piedra en la estancia La Siempre Verde), quienes en 1829, planeaban un levantamiento que fue reprimido por el coronel Del Valle al atacar por sorpresa a los indígenas infligiéndoles una grave derrota, en la que Calfiao pudo escapar gracias a su caballo, que era realmente extraordinario.

Estas acciones hicieron que emigraran las tribus indígenas de la zona y allí tomó posesión Del Valle, quien se establece particular y militarmente en lo que se llamó “La Tinta” o “Colonquelú”, luego llamado “Calangeyú”, que significa en araucano “donde hubo otra muerte”, en éste caso la matanza del año 29, para distinguirlo del arroyo Langeyú, en cuyas márgenes fue exterminada en 1820, una de las tribus radicadas en cercanías.

La certeza sobre la propiedad de Del Valle la respaldan los documentos que la nombran como límite  al delinearse el partido de Lobería, del que fue fundador. Otro documento señala que en febrero de 1838 Pedro José Vela transfiere a Remigio Islas y Narciso del Valle la mitad del terreno que posee en La Tinta”, ubicado entre los arroyos “Las Calaveras” y “Calangueyú”. En 1838 Del Valle compra ese campo y en una mensura de 1858 aún aparece con su nombre. Después de Del Valle pasó a Julián Islas y luego a Ortiz. Hoy es la estancia “San José” de La Tinta que pertenece a la familia Santamarina, en Barker.

Del Valle era considerado uno de los militares “duros” que actuó en épocas en que la arbitrariedad era norma impuesta a los subalternos. Fue discutido y calificado duramente por la pasión partidista de los adversarios.

Sentía la presión permanente de Juan Manuel de Rosas que le ordenaba “perseguir y acuchillar a muerte a los indios ladrones”. Se forjó en las duras leyes de aquella época de sangrientos entreveros y horrorosos cuadros de poblaciones de campaña arrasadas, con sus moradores bárbaramente ultimados. Es lamentable que la guerra contra los aborígenes haya sido implacable. Puede disentirse, si fue el indio o el cristiano a quien ha de culparse ese inhumano sistema.

Del Valle fue un incondicional de Rosas, y sirvió a sus propósitos. Pero cuando lo envía salir al mando de la tropa que debía apostarse sobre el arroyo Cristiano Muerto, ofreciéndole a cambio el ascenso a General, con su salud ya resentida le confiesa a su esposa: “…este pícaro me manda al desierto a morir”.

El Coronel Narciso Del Valle, en medio del desierto y en pleno escenario de sus hazañas, muere el 6 de agosto de 1849.

1 comentario:

  1. Julio,gracias por adentrarnos en esta parte de la Historia lugareña

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