10 jun 2021

La Inmigración

    Argentina, como otros países de América, experimentó entre 1840 y 1920 la llegada de millones de personas provenientes principalmente de Europa. Los inmigrantes fluctuaron, naturalmente, entre el acomodamiento a las nuevas costumbres y la perseverancia en las que traían consigo, principalmente porque algunas de ellas estaban ligadas a las tareas que realizaban. Luego se agregarían otro tipo de conductas y prácticas, mayormente ligadas a lo político- cultural y que buscaban conformar una identidad colectiva que les permitiese aliviar la angustia de la lejanía a la vez que enfrentar las presiones de la sociedad local y otros grupos nacionales.

Los españoles.
    Los primeros habitantes que llegaron a nuestro partido en su mayoría fueron españoles, nacionalidad en la que está clara la división por regiones, los “gallegos” y “asturianos” por un lado y los “vascos” por otro. Si recorremos rápidamente los apellidos de los precursores del pueblo lo podemos observar con claridad. A Mariano Roldán en la fundación del pueblo, lo acompañaron G. Iranzo, J. Zubillaga, J. Arrillaga G. Randel, E. Domínguez, G. Mariño, E. Romero, N. Islas y P. Rodríguez
    Los primeros alcaldes fueron: Ludueña, Lara, Cárdenas, Díaz, López, Alvarado, Echenagucía y Maquiera. El primer médico era Martínez. Los primeros jefes comunales eran Pereyra, Silveyra, Villafañe y Echenagucía. El predominio español fue hasta 1880 aproximadamente, cuando comienzan a llegar en forma más numerosa los italianos.
    Los españoles, que en nuestro distrito eran hacendados, habían llegado a esa posición por los beneficios de la enfiteusis en algunos casos y en otros el éxito que habían tenido en el comercio. En cambio los que se instalan a principios del siglo XX en Juárez, son en su mayoría comerciantes.
    El aporte al crecimiento del pueblo y a la tarea de mejorar la situación de los inmigrantes españoles en Juárez, se concreta con la temprana creación de la Sociedad Española de Socorros Mutuos (1879). 
Españoles frente a la sede que los nuclea. Año 1900
Los vascos 
    Argentina es el país que más inmigración vasca ha recibido en el mundo. Por eso, la cultura vasca es una parte constitutiva de la cultura argentina. Los vascos han dejado muchos símbolos a lo largo de las distintas prácticas sociales, que se han incorporado a la tradición cultural local, como la boina, el juego de paleta pelota o el valor de la palabra otorgada. 
    Como sucede con todas las corrientes emigratorias, el tema económico constituye el principal motivo para dejar la tierra natal. Si bien existió una inmigración temprana a partir de 1835, fue entre 1880 y 1900 cuando se produce la mayor afluencia de vascos que se radican en la llamada pampa húmeda básicamente en nuestra provincia. Finalmente entre 1936-1945 la emigración de vascos fue política a consecuencia de la guerra civil española y de la 2ª guerra mundial.
    El partido de Juárez tiene una numerosa descendencia vasca, si nos remitimos a los apellidos de muchos vecinos que fueron y son parte de nuestra historia lugareña. En el listado que transcribimos a continuación, por razones obvias, no separamos por región a cada apellido, sino que incluimos a los vascos de origen español y los de origen francés en un solo grupo.
    Para comprobar la presencia de los vascos en la historia de Juárez, trascribimos estos apellidos, que a todos les resultarán familiares: Aguirre, Alzugaray, Amundarain, Aranaga, Aranguren, Arceluz, Argañaraz, Arrastua, Arrechea, Arrillaga, Arruebarrena, Aspiroz, Asurabarrena, Azcarate, Barreneche, Beain, Bengolea, Bengochea, Bilbao, Camio, Chazarreta, Conde, Cortejarena, Dachaguer, Echeverria; Echegoin, Etchart, Egaña, Egañez, Elías, Elichiri, Elizalde, Elordi, Errendasoro, Errobidart, Estregamous, Etchecopar, Etchegoyen, Ezpeleta, Funes, Galarza, Galain, Galárraga, Harisgarat, Harismendi, Harostegui, Harriague, Ibáñez, Ibarra, Iriarte, Inchausti, Indacochea, Iraola, Irazabal, Irouleguy, Isasmendi, Ithurralde, Ithurrat, Izaguirre, Hernandorena, Garcés, Gaztañaga, Gaviña, Giménez, Goñi,  Jaureguiberry, Jáuregui, Larrain, Larralde, Larrondo, Lecuona, Loustau, Martinicorena, Meana, Mignaqui, Morua, Mozo, Mujica, Narbaitz, Olazábal, Oroquieta, Ortiz, Otaño, Oyanarte, Recalde, Ruiz, Sarasola, Saravia, Semper, Tolosa, Udaondo, Vela, Velásquez y Vidaguren.
Sociedad Española de Socorros Mutuos (1879)
Comisión Soc. Española 1908 
 
Corría el año 1879 cuando en Juárez, un pueblo muy pequeño, en el mes de junio se reunieron 37 españoles de buena voluntad y conocedores de la idea del deber, para fundar una Sociedad de Socorros Mutuos que librase a los españoles pobres, que llegaban a nuestra tierra, de los apuros inherentes a los casos de enfermedad. Fue así que un 8 de junio se crea la Sociedad Española de Socorros Mutuos, siendo presidente de su primera comisión directiva Lucio Rivacova, a quien acompañaban Luís Aldáz, Luciano García, Nicolás Sánchez, Francisco Rodríguez, Manuel Ande, E. García, Vicente De Prado, Francisco Abeijón, Mariano Urquiola y Francisco Martínez. En 1905 bendijeron el panteón social y en el año 1924 compraron el Prado Español. Fue muy importante la obra humanitaria emprendida por aquellos españoles y también grande la de sus continuadores en todos los tiempos.

Los italianos 

    Es a partir de 1880, cuando se nota el crecimiento de la comunidad italiana en el partido de Juárez, que pasa a cumplir un rol muy importante en su desarrollo, y que por la cantidad de integrantes y la diversidad de actividades es difícil historiarla. Fundamentalmente los italianos fueron agricultores y constructores. Cuando comienza a ocupar un lugar importante la actividad agrícola, allí estaban los italianos que comenzaron a trabajar la tierra en las quintas y chacras muy cerca del pueblo. Allí aparecen Paglini, Soldavini, Spetazzi, Menna, los Guglielmetti, Zibecchi, Proverbio, Rossi, Lenzi, Salice, Ceschi, Tossi, Taglioretti. Si recorremos la formación de la seccional local de la Federación Agraria nos encontramos con apellidos italianos como: Cernutto, Annechini, Crealli, Fortunato, Menna, Allamano, Blaiotta, Vittor, Sarghini, Sabatini, Rusconi, Zunino y Tortorella.
Juárez crecía en materia edilicia y la construcción era un rubro que con habilidad manejaban los italianos. Molli, Zaffaroni, Cocco, Iarussi, Ricci, son algunos apellidos incluidos en esa actividad. También en el comercio los italianos marcaron sus huellas con apellidos como Sorrenti, Di Tada, Bernini, Faré, Cosentino, Beretta, Di Nillo y tantos otros.
    La primera inmigración italiana llegada a Juárez, que no era muy numerosa, provenía del norte de Italia, pero la mayor se registra a comienzos del siglo XX, desde el sud este de Italia en la región de Abruzzo (provincia de Cheti). De acuerdo a investigaciones realizadas a través de los apellidos, hemos detectado que de la ciudad de Casalanguida, llegaron a Juárez las familias Menna, Colantonio, Di Paolo, Di Stefano, Di Croce, De Francesco, D´Annunzio, Allegretti, Andreoli, Catalano y Carusi. Posiblemente salieron juntos del pueblo y no quisieron separarse hasta el destino final del viaje.              También encontramos en pueblos cercanos a Casalanguida, en la provincia de Cheti, otros apellidos que nos son muy conocidos como: Cimminelli, Colombo, Fortunato, Iocca, Pasquali, Napolitano, Piccirilli, Ricci, Sabatino, Scuffi, Tessone, Tortorella, Vitale, Zocco, Zambón, Di Ciano, Ferraro y Di Luca.
Italianos celebran en Juárez el final de la Segunda Guerra

Asociación Italiana de Socorros Mutuos (1879)
    El 20 de abril de 1879 se fundó en Juárez la primera institución mutualista de la ciudad, bajo el nombre de “Fratellanza Italiana de Socorso Mutuo”, gestada por los numerosos inmigrantes italianos que ya había en el partido. 
Integraron la primera Comisión Directiva, Pompeo Proverbio, como presidente; Ángel Zibecchi, vicepresidente; Demetrio Rossi, secretario; Giovanni Lenzi, tesorero; Evaristo Salice, Giuseppe Ceschi y Enrico Tossi como vocales. Los fines y objetivos fueron y son, fundamentalmente, poner en práctica el mutualismo, entendiendo como tal a personas  que sin fines de lucro brindan su esfuerzo para ayudar a sus connacionales, a resolver problemas socio económicos y también incursionar en aspectos que hacen a la cultura.
    Las necesidades de quienes, por distintos motivos, habían emigrado de Italia, encontraron un alivio en esta institución que al conformarse estableció en su artículo segundo del estatuto el propósito de “fomentar la ayuda mutua, otorgar subsidios, proporcionar servicios de asistencia médica integral, servicio de proveeduría, recreación, turismo,…”
    A estos propósitos que fueron concretando, se le suma en 1916 la realización de una obra de trascendencia para el distrito, cual fue la construcción del Cine Teatro Italiano. En ese entonces era presidente de la entidad Cayetano Zibecchi.     

La inauguración se produjo en 1920, pero recién en 1926 se concluyó totalmente la obra, dado que diversos motivos como la llegada de materiales traídos desde Buenos Aires y Europa, sumado a temas económicos habían provocado la demora. Hoy bajo el nombre de “Centro Cultural Atilio Marinelli”, además de ser un emblema cultural, el edificio es Patrimonio Histórico de la ciudad. 
En 1954 cambia el nombre de la entidad por el actual que es Asociación Italiana de Socorros Mutuos.

Sociedad Cosmopolita (1882)
    En el mes de septiembre de 1882, con la convicción de los beneficios que el mutualismo generaba en los inmigrantes que llegaban desprotegidos al pueblo, nace la Sociedad Cosmopolita de Socorros Mutuos. En 1902 era conducida por el señor Svend Svedsen secundado por José Carenne y Domingo Uliarte. Contaba con 90 socios y fue presidida, en su última etapa por José Daz, a quien acompañaban en la mesa directivas los vecinos Pedro Etchegoin, Santiago Bobbia, Gilberto Esperón, Pedro Andreoli, Ernesto Rusconi, Rafael Di Nillo, Ernesto Quaranta, Angélico E. DÁuro, Adolfo Rodari y José Mastrángelo.

Los árabes
    La historia de radicación en Juárez de los árabes debemos situarla alrededor de 1898, siendo uno de los primeros en llegar Don Julián Caram, quien con el paso del tiempo se transformó en el coordinador de los “paisanos” que fueron llegando desde el puerto de Buenos Aires a estas tierras. Los recién llegados no hablaban una palabra de nuestro idioma, por lo que la tarea de Don Julián era darle mercadería para vender en la zona o ubicarlos en algún campo vecino y también enseñarles algo del idioma local. Precisamente esta venta a pie casa por casa en la ciudad y el campo llevó a los criollos a bautizarlos peyorativamente con el nombre de “mercachifles” (“mercader de poca importancia”, según la Real Academia Española).
    La mayoría de los árabes recién llegados a Juárez, tenían una procedencia común Rabah, Erbej y Marmarita, en Siria. Solo don Nayib Rescala procedía de El Líbano. 
Hay muchas historias personales que identifican una realidad en común de los inmigrantes sirio-libaneses que, escapando de la guerra, llegaban con la ilusión de la “América” porque se decía que era un país muy rico y donde había mucho trabajo por hacer.
    Repasamos solo algunos personajes como don Elías Salúm, que llegó, en un barco inglés, a principio de la década del 30 con solo 15 años de edad junto a un grupo de “paisanos”, con quienes ambularon por Buenos Aires buscando un lugar donde vivir, todos juntos y sin apartarse.    No sabían como comunicarse, utilizaban señas, hasta que encontraron otros árabes que ya estaban radicados en el país y lo ayudaron a establecerse. Su primer trabajo fue vendedor de peines, pañuelos, medias, cosas pequeñas. Un estanciero le ofreció trabajo de peón de campo por la cama y la comida, luego comenzó a pagarle con moneda y pudo empezar a ahorrar dinero y relacionarse con un pariente por lo que viajó a Juárez.
    Volvió al trabajo de mercachifle, casa por casa, luego armó una yunta de bueyes con un carro y visitaba los campos vendiendo mercadería de todo tipo. Sus giras duraban hasta seis meses recorriendo la campaña. Después entrados los años instaló en la ciudad un pequeño local comercializando ropa de trabajo de campo. 
    También en 1930 llegó desde Marmarita (Siria) Antonio Nader, casado con Nasta Chabrune, padre de siete hijos, quien estableció un almacén con un hermano que venía de Chaves. Don Jorge Saba procedente de Rabah llegó junto a José Tanúz y su hermana María Asad Tanúz a la postre esposa de don Elías Elhaiek. Saba primero estuvo en Tres Arroyos y luego en De la Garma, para instalarse finalmente en Juárez con un hermano suyo Juan Saba, quien llegó más tarde a la Argentina porque por error se bajó del barco en Brasil. Del mismo origen (Rabah)) es Salvador Alak quien se radica en Juárez porque vivía su primo Julián Alak. Como todo paisano su primera tarea fue vendedor ambulante en el pueblo y luego la campaña, hasta que reunió un cierto capital y se casó con Lidia Asfora, que era tucumana y también descendiente de árabes. Salvador Alak fue junto a Abraham Barchine, propietario del almacén ubicado en la actual esquina de Sargento Cabral y Brown.
Comisión refundadora de la Unión Siria de 1935
Unión Siria (1924)
    El 10 de agosto de 1924 nació la Unión Siria Sociedad de Socorros Mutuos como una respuesta a las necesidades de dar cobertura social a las numerosas familias árabes que se iban radicando en Juárez. La Comisión fundadora estuvo integrada de la siguiente manera: Presidente Julián Caram; vice, Juan Cosma; secretario, Aniceto Cura; pro secretario, Isa Barbar; tesorero, Alejandro Jalle; pro tesorero, Jorge Nader; vocales: Elías Elhaiek, Nayip Rescala, Miguel Caram, José Abdala, Jorge Saba, Isa Sajur, Antonio Salum, E. Nefe, Yapur Badue, Musa Caram y Antonio Nader.
    Tras un breve paréntesis de 1931 a 1935, retoma la actividad bajo la presidencia de Miguel Caram. Fue la primera entidad mutual que brindaba asistencia médica a los carenciados, la que efectuaba el Dr. Alfredo Saintout, y atención farmacéutica. La entidad funcionó en distintos locales hasta adquirir la primera propiedad en Alsina nº 170 y en 1971 adquiere el inmueble donde se levanta la sede actual en Lavalle nº 67.

 

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