José Gerónimo Iraola fue el primer propietario de las tierras de San Antonio. Nacido en 1810, se casó con Antonia Pereyra, hermana de Simón Pereyra que contrae matrimonio con la hermana de José Gerónimo, Ciriaca Iraola, consolidando la unión entre los Pereyra y los Iraola que en su tiempo fueron los mayores propietarios de tierras en la provincia.
La sociedad constituida por Simón Pereyra y su cuñado José Gerónimo Iraola funcionaba de la siguiente manera: mientras S. Pereyra compraba campos, J. G. Iraola los poblaba y administraba. Esta sociedad tuvo campos en Tandil, Quilmes, Balcarce, Ramallo, Juárez y Ayacucho, entre otras.
Frecuentemente esas sociedades
ocasionaron traspasos y cesiones de tierras entre los socios que, como hemos
visto, en varias ocasiones eran parientes. La asociación entre parientes pudo
ser una forma de reunir el capital para poner en marcha un establecimiento.
Éste fue un mecanismo bastante extendido en la zona.
Comprobamos esta
modalidad, observando el mapa del partido de Juárez de 1880, donde lo que
conocemos como estancia San Antonio, son dos superficies que tienen como
propietarios a Ciriaca Damiana Iraola de Jacobé (hija de José Gerónimo) y a
herederos de Cecilio Jacobé, que era su esposo y uno de los fundadores del
partido de Ayacucho. Allí, Jacobé, era propietario de la estancia
“Reconquista”, vecina de la que José Gerónimo Iraola, tenía en ese mismo
partido en 1830.
José G. Iraola |
Es altamente
improbable que tanto José Gerónimo, como su hijo Martín Iraola (fundador en
1871 de la localidad de Tolosa en el partido de
El retrato de José Gerónimo Iraola (foto), es la pintura más importante del Museo Brigadier Juan Martín de Pueyrredón, en San Isidro. Fue realizada por el pintor Prilidiano Pueyrredón, uno de los grandes maestros de la pintura argentina, hijo del Brigadier.
Iraola afirma sus derechos
Como señaláramos
precedentemente, los campos de San Antonio (12 leguas cuadradas) los había
obtenido José Gerónimo Iraola en 1837 por
En 1860 José
Gerónimo Iraola eleva un petitorio al Gobernador de Buenos Aires. Tras señalar
que después del combate en el que muriera Otamendi y su ejército, debió
abandonar la estancia, solicita se le conceda el arrendamiento por el término
de ocho años, de seis leguas, a la par de su hijo Martín Iraola, que pedía la
concesión de las seis restantes, lo que le fue acordado en el mismo año. La
solicitud se enmarcaba en las leyes vigentes para el otorgamiento, dado que
estaba veinte leguas al exterior de la línea de frontera.
Felicitaciones por este atrativo blog!!Muy entusiamados por leer y empaparnos de la historia de nuestro pago chico!!!
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