30 ago 2025

Un asesinato por dos pesos

 


    En el Juárez de 1918 las diferencias comerciales, políticas o amorosas, muchas veces se resolvían a los tiros. En crónicas anteriores nos referimos al asesinato del director del periódico La Verdad, precisamente en ese año, pero hay otros hechos que describían una violencia que subyacía en algunos hombres donde se mezclaban distintos intereses.

    Para enmarcar el hecho policial es preciso explicar que había dejado de gobernar Pedro Diaz Pumará, después de 16 años, y se ponía en marcha el primer gobierno radical por la intervención provincial, llevando a Marcial Castell al frente del municipio.

    Claro que el “pumarismo” usaba cualquier conflicto para hacer oposición al gobierno radical que tenía sus diferencias internas. Para ello utiliza a un medio nacional afín, para hacer política. Es así que el diario La Prensa (con letra del caudillo de Juárez) publica que en la noche del 11 de diciembre “en un incidente producido, según versiones del primer momento por cuestiones políticas, Lorenzo Reyes, afiliado al comité radical que responde al gobernador de la provincia, fue muerto por Justo Leguizamón, de la fracción que sostiene al comisionado municipal señor Marcial Castells”.

    Lo que aclara el periódico radical “La Verdad”, es que “todo el vecindario de Juárez sabe la verdad de lo ocurrido. Nadie ignora que Reyes (alias El cabito) trabajaba con un coche de Leguizamón y al rendir cuentas, por una diferencia de dos pesos, Reyes agredió a su patrón obligándolo a hacerle un disparo de revolver”.  El periódico agrega:” Pumará no ha podido dejar pasar ese cadáver sin saludarlo con su voces de mentiras y los aspavientos del escándalo”.

Para tener una idea de lo que representaban 2 pesos, debemos señalar que un sueldo promedio en 1918 era de $ 101 y el promedio diario de $ 3,70.

    Al parecer, en esos tiempos las discusiones subidas de tono terminaban con la vida de uno de los protagonistas. Como se ve, esto de “tirarse un muerto” viene de antes. Ninguna de las dos partes se preocupa de la víctima y el victimario. Lo importante no es el asesinato, sino la defensa de una posición política.

 

 

 

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