20 mar 2024

CUANDO SE "FUNDÓ" EL PUEBLO HABÍA UNA SOLA CASA


 

 Para determinar la fundación de un pueblo, es ineludible tomar un acto administrativo relevante. Un pueblo no se funda cortando una cinta, es la resultante de la evolución de un caserío que va creciendo y desarrollándose en el tiempo. Precisamente para que lo haga en forma ordenada y efectiva, se necesita un trazado que el estado, con sus profesionales, debe aportar.

La comuna en 1872, en plena gestión para que se concrete el trazado, financia los trabajos  para sacar de la sierra y acarrear 1600 mojones de piedra. Al año siguiente se efectúan pagos a los peones y capataz que sirvieron en trabajos de la delineación del ejido del pueblo, como así también gastos de alquiler de carreta para conducir mojones durante 54 días y alimentos para agrimensores y peonada.

Cuando teóricamente se “fundó” el pueblo de Juárez hace 150 años, la denominada “planta urbana” era un campo llano con pastizales, con un dilatado horizonte y una perspectiva visual que alimentaba la esperanza de la llegada de algún nuevo poblador, y también el temor de un ataque indígena.

Había una sola vivienda construida de paja y barro con techo de zinc, la pulpería de Lucio Rivacova. Lo afirma Ignacio Arruabarrena, otro de los primeros pobladores que construyó en 1874 su casa de madera, frente al trazado de la futura Plaza Independencia, lugar que utilizaba para el pastoreo de los lanares, que tenía para consumo familiar, donde posteriormente Juan Roo edificó su casa (hoy lindante con el Club Alumni). No obstante debemos mencionar que Bernardo Paglini ya tenía en funcionamiento un primitivo molino a viento, que moderniza en 1870 accionada con un motor a vapor.  Estaba en el predio conocido como la quinta de las Hermanas Azules, curiosamente fuera de lo que posteriormente se delimita como planta urbana, en sección quintas. La primera casa de ladrillos fue la de Andina.

En la gestión de José María Echenagucía, Juez de Paz y presidente de la Comisión Municipal entre 1874 y 1875, se elaboró la reglamentación para conceder los terrenos en el nuevo trazado del pueblo. La misma fijaba para los solares un precio general de cien pesos el metro cuadrado. Los que solicitaban terrenos frente a la Plaza tenían la obligación de edificar todo el frente que da a la plaza, con no menos de 5 metros de altura, que las aguas de los techos no caigan a la calle y poner árboles de la especie que determine la Municipalidad. La reglamentación también reservaba solares para la construcción de edificios públicos, y para quienes ya ocupaban espacios determinados y no podían comprar el inmueble, debían abonar un alquiler.

También en la gestión de Echenagucía se resuelve la construcción de un edificio, destinado a la administración municipal, de dos piezas de 7 metros por 5 con un zaguán al medio. La construcción tenía frente a la calle con dos ventanas. No se conoce la fecha de inauguración, no obstante ya en 1877 se hacían reuniones de la Comisión Municipal en ese espacio. Asimismo, debemos resaltar que ya en 1875, Ángel y Cayetano Zibecchi fundan la casa comercial que lleva su apellido, que un incendio destruyó, debiendo construir nuevamente el local que aún hoy mantiene sus características. Otro comercio emblema de los almacenes de ramos generales fue La Perla, que  Agustín Reguera abrió en 1877 en la esquina de Sargento Cabral y 25 de Mayo.

En 1879, cuando ya había desaparecido la amenaza de los malones, se autorizó la venta de quintas y chacras, a toda persona que lo solicitase al precio de 300 pesos la cuadra de quinta y a 200 pesos la cuadra de chacra.

Con la mensura practicada y la venta de quintas, queda concretada la formación de nuestro pueblo, aunque es lógico admitir que existía una población dispersa, principalmente en inmediaciones de San Antonio.-

 

 

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