La actualidad y la
historia se cruzan muchas veces y nos muestran valores que por cotidianos, no
adquieren relevancia.
Recientemente sale a
la venta una casa centenaria, que es un verdadero emblema de los orígenes de la
ciudad, marcando un estilo de las grandes construcciones de inicios del siglo
XX, que comienzan a plantar la escenografía de la llamada, por entonces “la
avenida de los ricos”.
Se consideraba que
el desarrollo del pueblo iba a tener en la avenida Urquiza, el acceso al incipiente
conglomerado urbano, seguramente porque Tandil era el norte de donde llegaban
visitantes, comerciantes y vecinos que venían a afincarse.
Pero no fue así.
Precisamente el acceso quedó en el otro extremo de la avenida, no obstante,
muchas de esas construcciones perduran y algunas en condiciones excelentes.
Una muestra clara de
estas es la ubicada, actualmente, en avenida Urquiza entre avenida Fortabat y
Maipú.
Para la Sociedad de Arquitectos
de Juárez, se trata de “una de las viviendas más hermosas de Juárez”. Sobre la
misma cuentan que Santiago Udaquiola trae de Buenos Aires un proyecto realizado
por dos arquitectos de su amistad y contrató al señor José Molli para
concretarlo. Era una edificación en U con galerías alrededor del patio central
y numerosas dependencias de servicio, caballerizas (con entrada por la avenida Fortabat
por donde ingresaban los carros y villalongas), lavaderos, carbonera, etc.
Antes de la
finalización de la obra la adquiere Francisco Ureta, y en 1914 se concluye la
primera etapa. Bajo las galerías que daban al patio, y en todo su recorrido,
las paredes tenían pintados paisajes y también en el interior del salón comedor
estaba adornado con pinturas de motivos frutales, murales que realizaba el
señor Merlino.
En 1917/18 se amplía
la casa con dos habitaciones, un baño y un estar íntimo, cerrado con mamparas
de hierro y vidrios coloreados que llegan hasta el techo. Se construye un gran
hall de 91 metros cuadrados que caracteriza esta vivienda. Junto con lo que
fuera el Residencial Coronel, son los dos únicos edificios con estas
características en Benito Juárez.
La vivienda a partir
del año 1955 pasó a ser propiedad de la familia Actis Caporale. Sin dudas hablamos
de una vivienda de excepción, con características muy adecuadas para su época,
donde las familias eran numerosas, pero quizás, no tan prácticas para los
tiempos que corren.
Sea cual fuere el
destino de la vivienda, como juarense desearía que siga en pie y se mantenga en
las excelentes condiciones en las que ha llegado hasta hoy.
Claro que a la hora
de soñar, a quienes les gusta la historia, podrían imaginar el escenario del gran
Museo Municipal…. Pero los sueños, sueños son. O no?
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