Si nos ubicamos en
el Juárez de principios de siglo, vemos
que en materia de espectáculos populares, las alternativas eran
realmente escasas para quienes no podían acceder a la elite social que
conformaban básicamente los hacendados. De allí que el intendente Pumará, se preocupaba de
promover las bandas musicales que los domingos o en las fiestas patrias,
alegraban con su música a muchos vecinos.
La mayoría de esas veladas tenían como escenario la Plaza Independencia.
Entre 1885 y 1887 habían
aparecido algunas agrupaciones musicales siendo probablemente la llamada “Los
Artesanos”, la primera de ellas.
En la formación de
bandas, por el año 1906 se destacó Miguel A. Siderio, un italiano llegado a Juárez a fines del siglo XIX, en
quien se reconocieron aptitudes fuera de lo común, por sus conocimientos y
capacidad creativa. Sus presentaciones eran exitosas por el nivel que
alcanzaban tanto en la interpretación como en la convocatoria. La dirección de
la agrupación era codiciada por Vicente Menna, al parecer un músico bastante
rústico, al igual que su hermano. Ambos protagonizaron actos de
irresponsabilidad y no se subordinaban a las directivas de Siderio, quien
resuelve separarlos de la banda. A la reacción de los Menna, en las que proferían amenazas y descalificaciones hacia el Director, se le opuso una
nota que Siderio firma en el diario El Fénix, con duras críticas a muchos
discípulos que nunca se dedicaron a estudiar música. Se quejaba de la falta de
concurso para ingresar a una agrupación y precisamente sobre Menna decía, “Acá
cualquier charlatán que toque algo se las da de maestro (…) Un tal Vicente
Menna (medio oficial zapatero), también quiere despacharse de maestro (…)”.
A la semana siguiente
de la publicación de El Fénix, un 28 de abril de 1907, en horas de la tarde, un
nuevo concierto de la Banda con la dirección de Siderio se lleva a cabo en la
Plaza Independencia. Muchas familias se habían dado cita para presenciar el
espectáculo, pero al entrar en la parte final, entre el público se encontraba
además de Vicente, sus hermanos Donato y Nicolás, quienes rápidamente y en el medio de insultos,
atacaron a Siderio a quien mataron de varios balazos y puñaladas ante la
atónita mirada del público, que no entendía lo que pasaba; la actuación de la
policía no pudo impedir el crimen, aunque sí desarmar y detener a los hermanos
Menna.
Juárez perdía a un
verdadero músico, que había marcado un camino donde, a partir de la rigurosidad académica, podía hacer crecer a los talentos locales.-
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