19 abr 2022

ALVARO BARROS: INTEGRACIÓN INDÍGENA Y CORRUPCIÓN MILITAR

 


    Al Comandante Álvaro Barros, Jefe de la Frontera Sud, lo conocemos como uno de los hombres enfrentados con Mariano Roldán, porque había iniciado un trabajo tendiente a dividir el partido de Juárez o anexarlo al pueblo de Olavarría que había sido fundado por él, pero que en realidad no era más que el asentamiento militar. Las discusiones también se daban en la falta de apoyo militar, que reclamaba Roldán para defender la frontera en el recientemente creado partido de Juárez, en 1868.

    Una calle de nuestra ciudad tiene su nombre, seguramente porque se rescatan otros valores menos conocidos de su accionar, como el concepto de integración con los indígenas y las denuncias de corrupción en el Ejército Argentino. En cuanto al primero proponía “...repartir en propiedad esos campos a los indios, medidos, escriturados y amojonados; establecer entre ellos un sistema de orden que ellos mismos anhelan, porque muchos hay que han aprendido a conservar lo que adquieren y saben valorar lo que importa a la propiedad. Proporcionar pequeños recursos para que se dediquen a la labranza los que son capaces”.

    Denunciaba también que la responsabilidad de los malones recaía sobre “El Gobierno [que] manda entregar raciones a los indios, con el objeto que vivan de ellas sin necesidad de robar. La imprevisión con que se procede a su entrega ha permitido que los encargados y los proveedores puedan abusar libremente. Vencido el plazo, la entrega no se hace; los indios esperan, reclaman, van y vienen y nada consiguen, hasta que cansados y apurados por la necesidad convienen con el proveedor en recibir el todo en dinero o una parte en dinero y otra en efectos. En dinero vienen a recibir apenas un 10% del valor de los artículos y éstos de tan mala calidad y tan escamoteados, que poco más o menos sufren la misma rebaja. Lo que no venden al proveedor lo entregan con igual desventaja a otros, en pago de tejidos u otros efectos que sobre esto les dan al fiado; y despojados así de este recurso, van luego a desquitarse en los intereses del hacendado”.

    Alvaro Barros fue Diputado Nacional y en 1875 denunciaba irregularidades dentro del Ejército Argentino en el Congreso Nacional:, afirmando que es uno de los ejércitos “… más deficientes y atrasados, es el más caro del mundo. (...) El resultado económico de este desorden es notable. Mientras que el soldado alemán cuesta $ 199 fuertes por año, el argentino cuesta $521 y mucho más en tiempo de guerra, y sufre como ninguno y en todo tiempo, todo género de necesidades y miserias”.

    “Imagínese usted a un soldado mal vestido, casi desnudo, al raso completamente, en medio de los rigores de un invierno harto cruel, sin lumbre que calentara sus miembros ateridos, y más que todo sin el alimento necesario a la conservación de sus fuerzas; imagínese todo esto, digo, y tendrá una idea más o menos exacta de lo que acá se ha sufrido”.

    “Con arreglo a aquellos principios de organización que con poca diferencia se observan en todos los ejércitos europeos, y han dado excelentes resultados en la guerra, el ejército argentino que consta de 8.000 soldados, estaría perfectamente servido con 270 oficiales (tiene 604) y 57 jefes de línea (tiene 302), resultando un exceso de oficiales del 89% y de jefes, del 709%”.

    Inició un juicio contra un proveedor del Ejército, pero este fue cerrado por orden del Ministerio de Guerra. En respuesta, Barros solicitó la baja militar, afirmando que  “Vuestra Excelencia considera inútiles mis servicios y no debo continuar siendo gravoso al Estado”.

    La corrupción en la Argentina viene de muy lejos…

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