Cuando recorremos la historia de nuestro
distrito encontramos nombres que no son tan sonoros como los de un fundador,
pero que aportaron al proceso de crecimiento de pueblo, ya sea por su actividad
productiva o por lo que volcaron en aportes hacia el progreso de la comunidad.
Una característica fue que esos hombres que hicieron una fortuna importante, no
provenían de las familias patricias que desde un escritorio en Buenos Aires
eran beneficiados con tierras que nunca pagaron, sino que eran los inmigrantes
que la habían generado desde abajo. Ellos sabían lo que era la pobreza, porque
la vivieron.
Ángel Iarussi fue uno de esos hombres.
Había llegado de Italia a fines del siglo XIX y es en Buenos Aires, donde
comienza a trabajar como albañil en la construcción del Teatro de la Comedia.
“Sin más capital que su enorme deseo de
prosperar, -comentaba El Independiente en 1942-
su corazón bien templado y sus energías desbordantes, se lanzó a la
conquista de la tierra de promisión; ésta no se le mostró esquiva y cediendo al
esfuerzo tesonero de don Ángel, poco a poco le fue entregando el fruto generoso
de su entraña”.
Comenzó trabajando en el
campo y fue creciendo en esa actividad y en
el primer oficio en la construcción. Creó su empresa y construyó una
veintena de viviendas en el incipiente pueblo de calles polvorientas. Se
constituyó en factor de progreso a medida que sus medios materiales se lo
permitían, debiendo contarlo como un decidido propulsor del progreso edilicio
de Juárez. Entre sus obras destacadas está la casa de dos plantas que se
observa en la fotografía, en la actual avenida Libertad, entre Falucho y Las
Heras, que fuera demolida.
La casa de dos pisos de Ángel Iarussi
Siempre estuvo presente
en cuanta iniciativa de beneficio general se llevó a cabo en nuestro pueblo, y
es así que participó presidiendo instituciones, ocupando cargos públicos con el
consenso general del vecindario y siempre dispuesto a prestar su ayuda material
o su consejo desinteresado a todo aquel que lo necesitara.
En el momento en que las
obras del Cine Teatro, que llevaba
adelante la Fratellanza Italiana, sufrían postergaciones por problemas
presupuestarios, fue Ángel Iarussi quien destrabó la situación. El diario El
Fénix, afirmaba que el nuevo impulso lo dio Don Ángel, adelantando los fondos
necesarios para concluir con la obra de esta institución que integraba.
En cuanto a preferencias
políticas, era un hombre del círculo íntimo de Pedro Díaz Pumará, destacándose
el aporte que hizo para concretar el proyecto de empedrado de calles.
Angel Iarussi con Pumará y su mesa chica. |
Don Ángel Iarussi fue el
prototipo del "hombre de buena voluntad" que querían nuestros
constituyentes para poblar el país. Recordarlo es una manera de valorar a esos
hombres que, agradecidos de lo que les dio la nueva patria, devolvieron sus
frutos en progreso comunitario.
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