27 feb 2022

YANQUETRUZ: DE NIÑO CAUTIVO A CACIQUE

 


    El patagónico más conocido por Yanquetruz “el joven”, cuyo nombre real era José María Bulnes Llanquetruz, que tenía en su haber la inmolación del teniente Coronel Nicanor Otamendi y 126 soldados, en la batalla de San Antonio de Iraola, era un sobresaliente personaje por su trayectoria y características personales. Tan inusitada es su historia que Yanquetruz fue el único cacique que aprendió a leer y escribir y que signaba con su firma la correspondencia, los documentos y los tratados con autoridades. Lo más asombroso en Yanquetruz es que de no haber fallecido a tan temprana edad, tras hacer las paces con el gobierno de Buenos Aires, pudo haber sido el hombre en óptimas condiciones de poner fin a la Confederación Indígena de Calfucurá.

    El padre de Yanquetruz era el cacique Cheuqueta de origen Tehuelche meridional, que ejercía su cacicazgo en inmediaciones de Santa Cruz. En fecha no precisada, Cheuqueta es cautivado por sus enemigos, los Pehuenches del Neuquén, pero con su audacia logra burlar a sus captores y huye. Prestigiado por su proeza se convierte en adalid de un aguerrido contingente de lanzas con las que en 1830 se une a Calfucurá, que tenía sus tolderías en cercanía de la Fortaleza la Protectora Argentina (Bahía Blanca). A la vez, traba amistad con Juan Manuel de Rosas. Es por esa época, en 1831 que nace, según se supone el niño que habría de llevar el nombre de José María Bulnes Yanquetruz. Ni el mismo Yanquetruz sabía en qué fecha había nacido, porque a cuantos le preguntaron su edad, les dio diferentes respuestas. En los libros bautismales de Patagones, al bautizar a una hija, en 1858 el cura le asigna la edad de 25 años, por lo que habría nacido entre 1831 y 1833.

    En 1837, Yanquetruz corre la misma suerte de su padre. Con solo seis años de edad cae cautivo de los Pehuenche del norte y es vendido a un potentado de Chile. Muchacho despierto, se capta las simpatías de su amo, el que se esmera en darle instrucción. Así es como Yanquetruz, aprende, aunque rudimentariamente, a leer y escribir, lo mismo que modales y costumbres del mundo civilizado. Y además asimila también los vicios propios de la civilización, sobre todo el del alcohol, que habrá de serle fatal. Ya adolescente, alrededor de 1850, le hierve la sangre de la raza. Cansado de la servidumbre, Yanquetruz repite la osada empresa del padre dándose a la fuga. Salva toda clase de embarazos y habiendo muerto ya su padre, se autoproclama cacique, logrando reclutar una partida de guerreros que estuvieron a las órdenes de su progenitor. Con ellos comete una serie de tropelías por la zona de Patagones y Bahía Blanca. Luego de aumentar las filas de su escuadrón, opta por refugiarse en los dominios del poderoso Calfucurá, quien lo recibe con los brazos abiertos, en Salinas Grandes, al hijo de su antiguo cofrade.

EL CACIQUE JUAN CALFUCURÁ


    Por su valentía y arrojo Yanquetruz no tarda en adquirir gran ascendente en la Confederación Salinera que tenía por jefe supremo a Calfucurá, quien llega a darle el trato de hijo, ya que tomó como mujer a una de sus hijas. Yanquetruz actuó al frente de una experimentada turba de lanzas, unido a Calfucurá. Con sus huestes participa en todas las vandálicas incursiones que conduce dicho caudillo. Pero Yanquetruz no es fácil de arrear y menos de someterse a la voluntad omnímoda de un usurpador extranjero, como era calificado Calfucurá, que era chileno, por los indígenas argentinos. De ahí que dura muy poco su unión con Calfucurá quien, celoso del prestigio alcanzado así como de la combatividad y talento de Yanquetruz, planea su desaparición. Al tanto de una conjura, el joven cacique consigue ponerse a salvo con su gente para volver a la tierra de sus antepasados. Allí, al sur del río Limay, lleva una maloca contra una parcialidad de Patagones a la que domina y, obrando con suma inteligencia, se alía con los vencidos. Acrecentada así su horda y con el fin de vengar las siniestra intenciones que para con él tuvo su suegro, ataca sus posiciones; pero las tropas de Calfucurá lo derrotan, obligándolo a retirarse hacia sus pagos. Lógicamente ambos jefes quedan más enemistados que nunca y atentos para evitar cualquier sorpresa de una u otra parte.

    El trágico final de la vida de Yanquetruz, será la próxima “Noticia de la Historia”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario