Los negocios de las tierras que fueron
conformando el partido de Juárez ocurrieron a mediados del siglo XIX y era
desde el pueblo de Azul, donde se concretaban las transacciones. En décadas
anteriores vastos territorios eran concedidos a quienes ejercían el poder militar
o político como, Prudencio Rosas, el hermano de Juan Manuel, y también de
próspero comerciantes, como el yerno del general Manuel Belgrano. Precisamente
con la familia del creador de la bandera, Mariano Roldán negoció gran parte de las
tierras del “Sol Argentino”.
El fundador del partido era una persona
muy informada y tenía capacidad de proyectar su actividad en el negocio rural. Utilizó
con astucia los beneficios de la Ley de 1857 sobre arrendamientos rurales, que buscaba
ordenar y regularizar la situación caótica de las tierras públicas de la
Provincia.
En 1858 Mariano Roldán
deja la ciudad para consagrarse a las tareas rurales en el establecimiento San
Rufino, en campos de Azul. Al advertir los beneficios de la ley para quienes se
establecen fuera de la frontera, donde no pagan arrendamiento, en 1862 liquida
su habilitación de esa estancia fundando en pleno desierto, su primer
establecimiento al que nombra de “El Porvenir”; una avanzada de la civilización
hacia donde miraron con curiosidad los valientes pobladores de la zona. Desde allí
Roldán despachó numerosas comunicaciones años después, en su carácter de Juez
de Paz y Comandante Militar.
Los terrenos ubicados al exterior de la
línea de frontera podrían ser concedidos por término de 8 años, sin pagar
arrendamiento. A medida que se ampliaba la frontera, se caían los beneficios de
El Porvenir, por lo cual Roldán, con muy buena visión para los negocios,
transfiere el 50% de la propiedad a Anacleto Urioste, el 25% Nicolás Benítez y
el otro 25% a Andrés Fernández.
Antes de ello ya había adquirido las
tierras para instalar la estancia “Sol Argentino”, fuera de la línea de
frontera. Era un muy buen negocio, pero se arriesgaba la vida, porque las
incursiones indígenas, con menor frecuencia, seguían ocurriendo.
Si bien no existe precisión, porque
desde la solicitud, pasando por la mensura, la transferencia y la construcción
del casco de la estancia pasaba mucho tiempo, sería en 1868 que Roldán adquiere
a Dámaso Moreno unas 6 mil hectáreas, prácticamente el 50% de lo que fue al
final “Sol Argentino”, en el sector norte donde se levanta la edificación del
casco.
En 1860 lo que finalmente sería el
terreno de la estancia de Roldán, tenía cuatro arrendatarios. Al norte Don Juan
Hornos, luego Franco Maldonado, Manuel Vega Belgrano, yerno del creador de la
bandera (se había casado con Manuela Mónica Belgrano, hija del general) y
Gregoria Balderramos viuda de Blas Hornos.
En 1872 Roldán, busca extender su
territorio hacia el sur en dirección a las lomadas y laguna de Kalilun-kul. Ese
año el Gobernador de la provincia le otorga la escritura de propiedad de los
campos que pretendía Roldán, a Manuel Vega (Bega en la escritura) Belgrano, que
era a la vez el sobrino nieto y yerno del creador de la bandera.
Las negociaciones comenzaron con Manuel
y siguieron con los herederos, que eran los nietos del general Belgrano.
Primero le compra a Flora Vega de Belgrano y luego a su hermano Carlos, un
total de ocho mil noventa y nueve hectáreas.
Roldán ordena los distintos cuadros de
su establecimiento, adquiriendo franjas sobrantes que el Estado otorgaba a los
arrendatarios linderos sumando unas 15 mil hectáreas en total.
En los planos de 1880 se concreta la
traza definitiva de esta estancia fundacional, donde Don Mariano Roldan
desarrolla toda su capacidad de lucha en la política, en la empresa y en la
valentía para enfrentar las adversidades en un territorio inhóspito, con escasa
presencia de un debilitado ejército que sin recursos intentaba defender la
frontera sur.
No hay comentarios:
Publicar un comentario