Cuando
recorremos acontecimientos del siglo pasado, advertimos que los comportamientos
humanos en la sociedad, tenían reacciones, a veces primitivas para dirimir
diferencias. Una discusión entre un director de un diario y un vecino, o un
enojo de un músico que no era incluido en una orquesta, se dirimían a los
tiros. En esa violencia e irracionalidad debemos enmarcar un hecho muy poco
común para la época, como fue el intento de incendiar una escuela, en pleno
centro del pueblo, frente a la plaza y al lado de la iglesia.
En el predio que
hoy tiene la Escuela n°1 “Gral. San Martín”, funcionaba la Escuela n°2, la que
una noche de setiembre de 1918, (no hay coincidencias en el día) es vandalizada
al extremo de intentar el incendio total.
La crónica del
periódico “El Hogar” señalaba que “el lunes por la noche tuvo lugar un hecho de
graves consecuencias. Individuos, que no acertamos como calificar, penetraron
en el local de la Escuela n°2, situada frente a la plaza y vecina de la Casa
Parroquial, y después de destrozar libros, cuadernos, derramar la tinta
manchando lo que estuvo a mano, y dejando escritas obscenidades en pizarrones y
papeles, intentaron prender fuego el edificio, amontonando libros y cuadernos a
los que prendieron fuego, arrimando los bancos, y para que el fuego prosperara
abrieron una de las ventanas”.
El periódico “La
Verdad” en una descripción más ampliada, en la edición del 8 de setiembre,
afirmaba que “Violentaron las persianas de una de las ventanas y en la noche
del sábado o del domingo último, el autor o autores del salvajismo, penetraron
en el salón. Allí descerrajaron dos bibliotecas destrozando los cuadernos y
libros de sus estanterías, los registros, libretas escolares, etc., formando
con ello un enorme montón entre dos filas de bancas. Después de volcar frascos
de tinta regando el piso y manchando las puertas, prendieron fuego a los
papeles”. Agrega que “Los salvajes se llevaron la bandera de seda de la escuela
y escarnecieron otra bandera argentina que diariamente se iza durante las clases.
En el salón del 2° año volcaron sobre las bancas los tinteros, destrozaron
mapas y cuadros, dejando clavado en el pizarrón un papel con una caricatura y
leyendas insultantes. En los baños amontonaron también despojos de libros,
mapas y cuadros, prendiéndolos fuego. Los perjuicios materiales hubieran sido
inmensos si el fuego, propagándose a las bancas que son de madera resinosa,
hubiera determinado la destrucción total del edificio”.
Los motivos de
este hecho algunos lo enmarcaban en el intento de desestabilización del
gobierno del radical Marcial Castell, por parte del “pumarismo”, que había sido
desplazado por la intervención provincial. Otros alegaban peleas por la
conducción del Colegio. No se supo a ciencia cierta el germen de este atentado,
que llamó la atención en un tiempo en que combatir el analfabetismo era el
objetivo prioritario de todo gobernante. -
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