Alejandro Bustillo es uno de los
arquitectos más importantes de la Argentina, cuyas obras se materializaron con
la fuerza del diseño, buen gusto y excelencia, dejando así un sello indiscutido
en cada creación. Artista eminente, también escultor, pintor y un profundo
pensador de la filosofía y de la historia del arte.
Bustillo fue el autor de numerosas
obras arquitectónicas públicas y privadas, entre las que se cuentan el Hotel
Llao Llao, el Complejo Bristol que incluye el Hotel Provincial y el Casino de
Mar del Plata. En Buenos Aires diseñó la casa central del Banco de la Nación
Argentina, el banco Tornquist, el Hotel Continental y viviendas como la de
Victoria Ocampo.
Los lineamientos de sus diseño
consistían en diferenciar la arquitectura urbana metropolitana de las
regionales, como la marplatense, andina y pampeana. La época de sus mayores
obras se extendió desde 1925 a 1945.
Alejandro Bustillo y su esposa Blanca Ayerza Jacobé |
Conocido el relevante personaje,
debo decir que un amigo arquitecto me plantea la inquietud del título, porque
considera que las proporciones el uso de la piedra y otros detalles técnicos le
generan la convicción de que Alejandro Bustillo “ha metido mano en los planos”
de la parte original de lo que hoy conocemos como Hostería “La Rueda”. La
sospecha surge, además de la mirada desde la arquitectura, por la relación
familiar de Bustillo con el creador de la hostería.
La síntesis es que la esposa de
Bustillo, Blanca Ayerza Jacobé (conocida con el sobrenombre de “Cachita”), era
prima hermana de Luis José Jacobé, creador y dueño de la Hostería “San
Antonio”, que observamos en la foto y que data del año 1942, hasta 1960 que
pasa a llamarse “La Rueda”. El terreno pertenecía a la estancia San Antonio, de
José Gerónimo Iraola. Si vamos al comienzo de la historia familiar, debemos
decir que una de las hijas de José Gerónimo, Ciriaca Iraola, se había casado
con Cecilio Jacobé y una de sus descendientes, María Elena Jacobé, contrae
matrimonio con Alfonso Ayerza y tienen 9 hijos. Uno de ellos, su hija Blanca,
se casó con el arquitecto Alejandro Bustillo. Martín Jacobé (hermano de María
Elena) se casa con Elvira Elizalde y tienen un hijo Luis José Jacobé, (que
falleció en 1967) quien era el dueño de la hostería.
El arquitecto amigo, en consulta
con sus pares de Juárez, se informa que no hay plano original de la hostería y
el que existe fue realizado por el arquitecto José Salenave relevando la
construcción existente. Estos terrenos eran rurales, no urbanos. Puede que
Bustillo haya hecho un proyecto y no firmó nada. Pero viendo la vinculación
familiar es posible. Además se puede comparar el modo proyectual en planta
respecto al modo Bustillo y La Rueda. Aunque no se garantice nada. No hay
documentos con firma. Debemos considerar que Bustillo hizo obras en numerosas
casas de campo, en Tandil, Juan N. Fernández, Olavarría, Mar del Plata y
Cañuelas, entre muchas otras.
La presencia de la mano de
Alejandro Bustillos en este icono del distrito donde se juntan las rutas 3 y
86, es una hipótesis firme, que quizás alguna vez se pueda dilucidar.
Sobre esta intriga planteada, un descendiente de la familia que fuera propietaria, Ricardo Estrugamou Jacobé, me dice: “mi abuelo Martín Jacobé (hermano
de Luis) fue el propietario y constructor de la Hostería La Rueda, era además
Arquitecto Paisajista recibido en Francia, que hizo gran parte del parque de la
Estancia San Antonio y la ampliación de la casa principal, entre otros muchos
proyectos. En dicha casa se puede observar en el piso, las mismas piedras
ex-rugosas de la Hostería, asimismo la chimenea de piedra es igual la de la
Estancia y la de la Hostería, con esas piedras de granito de corte tan
particular y todos los bajos exteriores de la casa estaban realizados con la
misma técnica. Seguramente Bustillo revisó los planos o mi abuelo compró las
piedras de la misma Cantería que Bustillo. Mi abuelo también pagó, diseñó y
puso el San Antonio sobre la Laguna homónima. Quizás mi abuelo Martín admiraba
a Bustillo y se nota un aire de familia”.
Como me decía el arquitecto amigo en el comienzo de la nota, entiendo que Bustillo, seguramente “metió la mano” en el
proyecto de su pariente y colega Martín Jacobé.
En el año 1960, Luis José Jacobé,
firma un contrato por 25 años con el señor Pedro Vujovich, quien invierte
importares sumas de dinero para mejorar y ampliar las instalaciones. A partir
de allí y por la rueda gigante que aparecía desde su origen en la torre del
edificio, pasó a llamarse como la conocemos hoy. El mejoramiento que se observa
a la fecha es producto de la puesta en valor realizada por su actual
propietario Raúl Alonso.
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