4 dic 2025

LA HIJA DE BELGRANO TENIA CAMPOS EN JUAREZ

 

Los negocios de las tierras que fueron conformando el partido de Juárez ocurrieron a mediados del siglo XIX y era desde el pueblo de Azul, donde se concretaban las transacciones. En décadas anteriores vastos territorios eran concedidos a quienes ejercían el poder militar o político como Prudencio Rosas, el hermano de Juan Manuel de Rosas, que tenía decenas de miles de hectáreas en la región, y también de prósperos comerciantes, como el sobrino de Manuel Belgrano.

El general, creador de la bandera, fue protagonista de dos romances intensos, uno con María Josefa Ezcurra y otro con María de los Dolores Helguero Liendo.

De la segunda relación, frutos de aquellas pasiones, nació Manuela Mónica Belgrano, la hija tucumana de uno de los principales impulsores de la Revolución de Mayo.

Si bien dicen que Manuela Mónica fue cortejada por Juan Bautista Alberdi, lo cierto es que ella, finalmente, se casó con su primo Manuel Vega Belgrano, un importante comerciante de Azul, con quien tuvo tres hijos: Carlos, Manuel y Flora.

Precisamente con la familia del General, don Mariano Roldán negoció gran parte de las tierras del “Sol Argentino”.

El fundador del partido era una persona muy informada y tenía capacidad de proyectar su actividad en el negocio rural. Utilizó con astucia los beneficios de la Ley de 1857 sobre arrendamientos rurales, que buscaba ordenar y regularizar la situación caótica de las tierras públicas de la Provincia.  

En 1858 Mariano Roldán deja la ciudad para consagrarse a las tareas rurales en el establecimiento San Rufino, en campos de Azul. Al advertir los beneficios de la ley para quienes se establecen fuera de la frontera, donde no pagan arrendamiento, en 1862 liquida su habilitación de esa estancia fundando en pleno desierto, su primer establecimiento al que nombra de “El Porvenir”; una avanzada de la civilización hacia donde miraron con curiosidad los valientes pobladores de la zona. Desde allí Roldán despachó numerosas comunicaciones años después, en su carácter de Juez de Paz y Comandante Militar.

Los terrenos ubicados al exterior de la línea de frontera podrían ser concedidos por término de 8 años, sin pagar arrendamiento. A medida que se ampliaba la frontera, se caían los beneficios de El Porvenir, por lo cual Roldán, con muy buena visión para los negocios, transfiere su propiedad a Anacleto Urioste, Nicolás Benítez y Andrés Fernández.

Antes de ello ya había adquirido las tierras para instalar la estancia “Sol Argentino”, fuera de la línea de frontera. Era un muy buen negocio, pero se arriesgaba la vida, porque las incursiones indígenas, con menor frecuencia, seguían ocurriendo.

En 1860 lo que finalmente sería el terreno de la estancia de Roldán, tenía cuatro arrendatarios: Juan Hornos, Franco Maldonado, Gregoria Balderramos viuda de Blas Hornos y Manuel Vega Belgrano el esposo de Manuela Mónica, por entonces, además de primo, yerno del creador de la bandera.

En 1872 Roldán, busca extender su territorio hacia el sur en dirección a las lomadas y laguna de Kalilun-kul. Ese año el Gobernador de la provincia le otorga la escritura de propiedad de los campos que pretendía Roldán, a Manuel Vega (Bega en la escritura) Belgrano. Las negociaciones comenzaron con Manuel y siguieron con los herederos, que eran los nietos del general Belgrano. Primero le compra a Flora Vega de Belgrano y luego a su hermano Carlos, un total de 8.099 hectáreas.

Roldán ordena los distintos cuadros de su establecimiento, adquiriendo franjas sobrantes que el Estado otorgaba a los arrendatarios linderos sumando unas 15 mil hectáreas en total, concretando la traza definitiva de esta estancia, que es un mojón trascendente de la historia juarense. -

No hay comentarios:

Publicar un comentario